miércoles, 30 de julio de 2014

La Rueda del Sacrificio



Las relaciones en su mayoría se sustentan, en estos días, en el concepto de sacrificio. Esto comienza con los padres, los padres de los padres, y aun mas. Así, quien primero te enseño acerca del sacrificio fueron tus padres. Ellos te mostraron que las relaciones se sustentan en el sacrificarse por un otro. Y ese otro, al tu por él sacrificarte, lógicamente debe estar agradecido por ese sacrificio, porque si no lo esta, el sacrificio no ha valido la pena, entonces la culpa de haberse sacrificado es del otro.
Y como debe el sacrificio ser agradecido? Pues lógicamente con otro sacrificio: sacrificio por sacrificio. Yo me sacrifico por ti, tu te sacrificas por mi. Debes premiar mi sacrificio con el tuyo propio.
 Existe un fuerte sustento en la malinterpretación del  símbolo cristiano de la crucifixión, donde Jesús se sacrifico por nosotros, nosotros pecadores. Nosotros pecadores debemos entonces nosotros por él (y por nuestras relaciones) sacrificarnos, lavando a través del sacrificio nuestras culpas.
Pero el sacrificio trae implícito, indefectiblemente, el concepto de incoherencia interna. No puede existir el uno sin el otro, de otra manera no estaríamos hablando de sacrifico. Si me sacrifico, debe haber algo en mí que estoy sacrificando.
Y qué es ese algo que estoy sacrificando?
Ni mas ni menos que mi propia verdad. 
Sacrifico mi propia verdad en pos de un otro. Entonces hago aquello que no deseo, y aquello que deseo es sacrificado. 
Esto es la incoherencia interna. Y la incoherencia interna no lleva a otra cosa que al sufrimiento y a la enfermedad. La incoherencia en diferentes  niveles llega a la incoherencia a nivel del cuerpo emocional, del cuerpo mental, del cuerpo físico. El dolor emocional manifiesta la incoherencia a nivel del cuerpo emocional.
La ansiedad y la depresion manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo mental.
Los sintomas fisicos manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo físico.
 La perfección de los mecanismos por los que se rige cada célula, cada molécula, cada partícula en la naturaleza es distorsionada, volviéndose estos mecanismos incoherentes (la incoherencia en estos mecanismos tiene, no obstante, un fin en sí mismo, siendo parte de un “programa” que viene a hacer visible, a denunciar la incoherencia en la que estamos viviendo determinada situación.)
En otro nivel explicativo, la incoherencia interna implica, hacer oídos sordos a los mensajes de la sabiduría del espíritu, del Yo superior, de la propia verdad. La recta flecha es entonces desviada y el mensaje distorsionado. La incoherencia es entonces vivida a través del sufrimiento, la duda permanente, el dolor emocional.
Las relaciones deben, por esta razón, dejar de ser relaciones cimentadas en el sacrificio para transformarse canales limpios que permitan la manifestación de la verdad que cada uno de nosotros ha venido a entregar en esta existencia. Cada cual tiene la suya, su propia verdad, única e irrepetible.
Pero si crees que a ti mismo debes sacrificar en pos de un otro, no es por otra razón que por la existencia de la culpa. Te sientes culpable. 
Pero de donde viene esa culpa? Es una culpa ancestral, que fue implantada en ti cuando eras muy pequeño, y aun antes de ser concebido, a través de las culpas que cargaban tus padres y tus abuelos, y tal vez los padres de tus abuelos también…
 Sientes entonces que debes sacrificarte por aquel por quien te sientes culpable. Así, si tu madre se sentía culpable ella misma, proyectaba esta culpa en ti (indefectiblemente), sintiéndose culpable por ti, haciendo entonces por ti un sacrificio, y enseñándote de esta manera a vivir en el  sufrimiento que la incoherencia acarrea. Porque sacrificio y sufrimiento son inseparable, como gemelos siameses por el cerebro unidos. Incoherencia y sufrimiento, gemelos siameses inseparables.
Porque tu madre al sacrificarse por ti implantó en ti la culpa, haciendo que tu sintieras que por ella debías también sacrificarte (y tu madre se transformo, más adelante, en todas y cada una de tus relaciones)
A lo largo de la vida entonces proyectas a tus padres en todas tus relaciones. Te sientes culpable, siempre por algún otro, porque te sientes tu mismo culpable. Es la culpa vieja, arcaica. 
Debes perdonarte
Y van así sacrificándose de generación en generación, reproduciendo la cadena de la culpa que los mantiene amarrados a su árbol genealógico, transformándolo en cadena.
Expiar la culpa te libera de la necesidad de sacrificio, permitiéndote entrar en coherencia contigo mismo, con tu propia verdad, la verdad que has venido a manifestar. Pero en tanto exista la noción de sacrificio, esta verdad  es obstaculizada, porque es justamente tu propia verdad aquello que estas sacrificando.
Para liberarte del sacrificio debes entonces expiar la culpa
Vamos a desglosar la lógica de la culpa un poco más, como aumentando la potencia de la lente del microscopio. Pongamos pues a la culpa en el portaobjeto y analicémosla por partes.
Culpa: Tu no mereces que un otro sufra por ti. Muchas veces (la mayoría de ellas) asumes que el actuar en coherencia  con tu propia verdad podría hacer sufrir al otro (decir si cuando quieres decir no, sonreir cuando no quieres, aceptar una invitación a desgano, etc, etc, etc….), y si al otro haces sufrir, puede que entonces el otro deje de quererte. Entonces, para que el otro no deje de quererte, debes evitar el riesgo de que sufra, y este aliviarle el sufrimiento al otro implica actuar en incoherencia, es decir, sacrificar tu verdad en pos del otro.
 Dedicas entonces tu vida entera a sacrificar tus verdades con el objetivo de ser aceptado por aquellos con quienes te relacionas (cuanto más cercanas las relaciones, más fuerte es la atracción de las garras del sacrificio). 
Te vuelves entonces incoherente, y tu incoherencia alimenta mas incoherencia, y como una onda expansiva el sacrificio se reproduce de forma indefinida, engendrando sufrimiento a cada paso que tu das.
Volviendo al papel que juega el dolor en la toma de conciencia de la demencia de este mecanismo (en forma de enfermedad, sufrimiento o cualquier otra forma en la que el dolor se manifieste), la incoherencia interna se refleja en la incoherencia a nivel de los cuerpos mental, emocional y físico, sobreviniendo entonces la enfermedad, que viene a poner en evidencia la incoherencia con tu propia verdad. La enfermedad se vuelve entonces una aliada, porque viene a enseñarte el sendero del no sacrificio a través de la coherencia, que es el sendero de tu propia verdad.
 Todo sacrificio es incoherencia, y toda incoherencia genera enfermedad. Porque el sacrificio no puede surgir más que parte de una mente dividida y una mente dividida es una mente enferma. Una mente enferma no puede más que crear un cuerpo enfermo.
Es así que la enfermedad viene a señalar el sendero hacia aquellos aspectos de la mente a ser sanados a través de la integración. La sanación de la mente conlleva entonces la sanación del cuerpo físico.
La enfermedad viene entonces a potenciar tu propia verdad. Allí donde la sientes débil, la enfermedad le da fuerza. 
La enfermedad "te pone en peligro", y ante el peligro la culpa se desvanece. Mediante la desaparición de la culpa el sacrificio pierde sentido, y cuando dejas de creer en el sacrificio, el sacrificio de desvanece. Y cuando el sacrificio se desvanece, tú conectas con tu propia verdad. 
Es este el poder sanador de la enfermedad.
Cae así la falsa creencia en el sacrificio y el poder creador retorna a ti. Tu re-creas tu realidad mediante tu propia verdad, y eso es el Paraíso.
La enfermedad puede así volverse una llave de entrada al Paraíso.
Y cuando tu realidad re-creas, la realidad de todo aquel a tu alrededor es re-creada. Porque, y en consecuencia (ambos a la vez) la realidad que tu percibes es otra.
 Eres así artista y creador de tu realidad, en coherencia con tu verdad.
Déjate entonces llevar de la mano por la enfermedad
Ella te guiara por el camino donde la culpa y el sacrificio pierden su sentido, y solo en ese camino tu puedes  re-conectar con tu propia verdad.

Enfermedades o Programas?



Aquello que conocemos como enfermedad no es mas que un contenido de conflicto, una percepción particular acerca de la realidad, una percepción
errónea que activa un programa de reparación cuya finalidad es iluminar el camino para la sanación de la errónea percepción. En lo que llamamos enfermedades crónicas, entonces, el programa de reparación  se reproduce una y otra vez hasta que el contenido de conflicto es resuelto, o lo que es lo mismo, la percepción acerca de esa situación es corregida. Una vez que la percepción es corregida, la fase de reparación deja de reproducirse y el programa desaparece, esto es, desaparece la enfermedad.
Podemos entonces ver entonces la enfermedad crónica como un conjunto de recaídas (en el programa de reparación) que se suceden indefinidamente en tanto la percepción no es modificada. La recaída es entonces la repetición del programa. Si el programa cesa de repetirse, la enfermedad crónica desaparece.
El síntoma es entonces la llave a través de la cual accedemos al camino de resolución del conflicto que el programa activó. A través del síntoma se resuelve el conflicto y el síntoma desaparece, esto es, en el mismo síntoma esta la solución del síntoma mismo.
Vemos entonces, que cuando se sana la percepción, la sanación del cuerpo acontece por añadidura. Se trata entonces de sanar la mente, y sanar la mente no es más que sanar la percepción errónea, la percepción dual, la percepción alejada de la matemática perfecta que se reproduce en la naturaleza una e infinitas veces, y que lo mantiene todo en el Orden del Infinito Amor.
Cuando la percepción errónea es corregida cesan los programas de reparación, porque ya no existe nada a ser reparado. Los programas de reparación representan entonces la sabiduría de la naturaleza que actúa a través de nuestro cuerpo para corregir los errores de la percepción.
Así comprendemos tangiblemente a Carl Gustav Jung  cuando aseveró que la enfermedad no es más que el esfuerzo que hace  la naturaleza por sanar al hombre.
Sanar la mente es entrar en coherencia, en coherencia con la fuerza que todo lo ordena.
La enfermedad es la llave que la naturaleza amablemente nos pone a nuestro alcance para retornar al orden, a través de nuestra interna coherencia.
El término “coherencia interna” es a menudo malentendido, ya que nos lleva a pensar en que si la coherencia es “interna”, es decir, está dentro de nosotros, entonces nosotros debemos ser algo externo a la coherencia. La coherencia se vuelve de esta manera algo ajeno a nosotros, algo que debemos alcanzar, algo que debemos buscar, algo que debemos bucear. Hablamos entonces de “interna coherencia”, porque el poder de la palabra es grande, y anteponiendo el término “interna” al termino “coherencia” accedemos al entendimiento mas directamente. Porque partiendo de la palabra interna y yendo hacia afuera (pues nada puede haber más interno que lo interno), la coherencia deja de ser algo que hay que ir a buscar, para transformarse en aquello que se expande. Te vuelves entonces la coherencia misma. Eres la misma coherencia que hacia afuera se expande. No debes ya buscar la coherencia dentro de un algo que no es coherente, simplemente debes permitir que ésta se expanda a través tuyo.
A través de la mente siempre buscas algo que es ajeno a ti. A través del corazón eres aquello que buscas, tan solo te expandes y apareces. “Aquello que buscas te busca", una vez más comprendemos ciertas afirmaciones espirituales de una manera más tangible.
Regresando a las enfermedades, las enfermedades o programas activados primigeniamente son repetidos indefinidamente a lo largo de nuestras vidas en tanto no se corrija el contenido de conflicto, es decir la percepción.
La enfermedad viene entonces a sanar una errónea percepción.
Viene a corregir el error que contra la naturaleza se cometió (esto es la incoherencia), y se repite una y otra vez en cuanto la errónea percepción no sea corregida.
En adelante entonces, cuando hablemos de sanar, sabremos que no es la sanación del cuerpo a la que estaremos haciendo referencia, sino a la sanación de la mente, esto es a la corrección de la errónea percepción.




lunes, 21 de julio de 2014

Y el verbo se hizo carne: Seguir y perseguir



Seguir:de la raíz indoeuropea sek (seguir) que también dio origen a la palabra latina signum (señal, símbolo, emblema, aquello que uno sigue). Seguir es tanto el verbo como el sustantivo. Cuando sigues, Lo Sigues.
De aquí también se deriva enseñar (ser la señal), ser aquello que es seguido y que sigue.  


Perseguir: seguir hasta alcanzar. Seguir hasta su final, que es la obtención de lo que sigue. Seguir siempre hacia adelante. Seguir a continuación, como desde abajo, para conseguir el lugar de otra cosa (nos sentimos carentes, nos falta, debemos obtener).

Persiguiendo, el verbo se separa del sustantivo.
Siguiendo, verbo y sustantivo son uno y uno mismo.

Perseguir es buscar desde la carencia, desde la separación.
Seguir en cambio (seguir las señales a través de la intuición) es volverse uno con el Todo, permitiendo que el Todo a través de nosotros fluya.


Enfermedades Autoinmunes



Toda enfermedad autoinmune es expresión de que estas haciendo aquello que no quieres, de que eres incoherente contigo mismo. Siendo incoherente alimentas a tu enemigo, volviéndote una amenaza para ti mismo y para el Todo. El Todo entonces no te reconoce (porque tu mismo no te reconoces en el todo), entonces te atacas a ti mismo a través del Todo. 
Esto es la autoinmunidad.

La recta flecha


Romper con el temor (atravesando el temor el temor de desvanece) es permitir actuar a la intuición, que no es más que tu conexión con la Fuente.
La intuición es como como una flecha que viene desde atrás tuyo.
Si permites que la flecha te atraviese en recta dirección, el camino se vuelve recto, la duda se desvanece.
Si en cambio desvías la flecha a través del temor, el camino se bifurca en mil caminos, entonces surge la duda.
Romper con el temor es pues romper con la duda.
Vivencia entonces el temor en cada célula de tu cuerpo.
Porque en tanto permanezcas encojido por el temor, como el perro que por temor encoje la cola, no permites que la flecha recta pase a través tuyo. Dudas.
Vivencia pues el temor en cada molécula de tu ser, en cada átomo, y te darás cuenta de que el temor en realidad no existe.
Se trata entonces de volar con tu intuición a través de la sombra del temor, porque es la intuición la que te conducirá directo como flecha hacia el proyecto para ti. Porque si sabes que hay un proyecto para ti es porque no sabes cuál es el proyecto para ti. Por eso déjate guiar por la intuición.
Desprogramando los miedos, las falsas creencias se abre camino a la recta flecha.
Liberarse entonces no es más que liberar el paso a la Fuente (a través de la recta flecha). Es como sacar  un tapón que impide que el agua fluya.

Y cuando el último tapón sea liberado (el último juicio, el juicio final), el agua fluirá libre y la Fuente se reconocerá a sí misma.

sábado, 19 de julio de 2014

Citas...



"Los médicos son hombres que prescriben medicinas de las que saben poco, para curar enfermedades de las que saben menos, en seres humanos de los que no saben nada”. 

   Voltaire

Más sobre la enfermedad


“La naturaleza no tiene sentido del humor. Es siempre verdadera, siempre solemne, siempre estricta, es siempre correcta, y todos los errores 
y fallos son aquellos que cometen los seres humanos.”

Goethe


"La enfermedad (o lo que llamamos enfermedad) es una reacción con sentido de la naturaleza. Lo que no entendemos es que esas reacciones de la naturaleza están diseñadas para una forma de vida natural, no cultural, y la mayoría de nuestra sociedad vive de una manera muy antinatural. Así, al no vivir comportándonos de acuerdo a nuestro código biológico (coherencia emocional, esto lo agrego yo), las reacciones de la naturaleza son mucho mas numerosas y fuertes de lo que serían en estado salvaje. Esto conduce a que todos aquellos síntomas que derivan de esas reacciones sean también mas numerosos y fuertes de lo que serian en la naturaleza. Y esto es lo que llamamos enfermedad.
El proceso biológico que conocemos como enfermedad tiene un sentido y una finalidad desde la biología. Trata de ayudarnos a nivel fisiológico para seguir buscando y encontrar una solución.
 Dado que todos los programas biológicos cursan en los tres niveles, psique, cerebro y órgano simultáneamente, podemos entender que no hay tal cosa como fallos, accidentes, o una naturaleza maligna en los procesos orgánicos.
Lo que hoy llamamos enfermedad no ha sido así previsto por la naturaleza. Solo ha sido creado por nuestra vida a-biológica y nuestro modo de vida que crea  enormes periodos temporales para que los programas de resolución biológicos actúen, hasta que encontramos o no una solución.
Para todos los expertos en los anteriores enfoques médicos, la enfermedad supone solo un hecho fatídico, un ataque enemigo o un fallo técnico de la naturaleza, y esta visión nos convierte en victimas."



“Las 5 Leyes Biológicas”, Nueva Medicina Germánica