INTEGRAR LA SOMBRA
El trabajo es registrar cada situación, persona o relación por la que sientas alguna sensación como de perturbación. Registrar qué aspecto de esa situación, persona o relación te espeja a ti mismo. Indefectiblemente encontrarás alguna parte de tu propia oscuridad en ese espejo.
Puede resultar tal vez un tanto confuso, o difícil de identificar en un principio, tan alejado crees estar de tu propia oscuridad. Y es por creer estar de tu oscuridad tan alejados que no la puedes ver en el afuera. Entonces el afuera se te aparece como algo externo, algo ajeno a ti mismo, algo que te sucede, que te viene desde allá.
Cuando comienzas a estar atento y consciente de que el mundo es tu propia creación como herramienta de evolución, ves cada vez más claramente cual aspecto de tu propia sombra se refleja en cada situación.
El trabajo es entonces registrar qué situaciones te irritan, cuáles te generan ansiedad, temor, qué situaciones te deprimen, es decir, identificar toda aquella situación con las que te identificas a través de una emoción, cualquiera ésta sea. Porque es justamente en esas situaciones donde encontraras las claves para tu propia sanación.
Pero no confundas emoción con sentimiento, muchos no conocen la diferencia. El sentimiento está en nuestra naturaleza como humanos. Está presente también en la naturaleza animal, y el animal no actúa través de la mente, como sí lo hacemos nosotros. El sentimiento no debe ser de ninguna manera evitado. La felicidad, la tristeza… Es en cambio la emoción aquello que nos mantiene como atados a determinada situación. Es a través de la emoción que establecemos la identificación con esta situación determinada (transformándonos, de esta manera, en la situación misma).
Los animales tienen sentimientos, pero no tienen emociones, es por ésto eso no sienten apego con las determinadas situaciones. Has visto alguna vez un perro que ya no venga a saludarte porque le han dado un coscorrón? (quienes no tienen mascotas pueden tomar cualquier ejemplo). El perro sentirá el dolor del coscorrón, eso seguro, y puede que hasta se aleje unos momentos, tal vez un día entero para protegerse, eso es instintivo, pero puedo asegurar que el perro no sentirá haber sido ofendido, como sí lo hacemos nosotros ante determinada situación que nos perturba.
Tomemos como ejemplo alguna falta de respeto. Por supuesto que ante una falta de respeto vale y más que vale hacerse respetar, no hablo de dejarse hacer ni mucho menos. La diferencia está en la existencia o no de apego a esa falta de respeto;
Me siento ofendido? Estoy apegado.
Me enojo con aquel que me ofendió? Estoy apegado.
Le retiro el saludo? Estoy apegado.
Planeo su castigo? Adivinen…
O simplemente observo la situación, le permito pasar a mi lado y paso a la siguiente?
El perro del que hablamos probablemente le abra paso. El ser humano se zambulle en la situación y a veces no hay buzo que bucee tan profundo para que pueda rescatarlo...no es así?
Pregúntate entonces por qué, ante determinadas situaciones, te cuesta tanto expresar tu propia verdad. No será que es así porque eres tu mismo quien se la pasa enjuiciando las verdades de los otros?
Pregúntate, pregúntate, pregúntate. Estate atento. Registra.
PREGÚNTATE
ESTATE ATENTO
REGISTRA
Porque estando atento al registro empezaras a encontrar en cada situación que te genere una emoción (en todas y cada una de ellas) el espejo que te mostrará algún aspecto de tu propia oscuridad a ser aceptado, trascendido y de esa manera liberado.
Haz el trabajo...
El trabajo es registrar cada situación, persona o relación por la que sientas alguna sensación como de perturbación. Registrar qué aspecto de esa situación, persona o relación te espeja a ti mismo. Indefectiblemente encontrarás alguna parte de tu propia oscuridad en ese espejo.
Puede resultar tal vez un tanto confuso, o difícil de identificar en un principio, tan alejado crees estar de tu propia oscuridad. Y es por creer estar de tu oscuridad tan alejados que no la puedes ver en el afuera. Entonces el afuera se te aparece como algo externo, algo ajeno a ti mismo, algo que te sucede, que te viene desde allá.
Cuando comienzas a estar atento y consciente de que el mundo es tu propia creación como herramienta de evolución, ves cada vez más claramente cual aspecto de tu propia sombra se refleja en cada situación.
El trabajo es entonces registrar qué situaciones te irritan, cuáles te generan ansiedad, temor, qué situaciones te deprimen, es decir, identificar toda aquella situación con las que te identificas a través de una emoción, cualquiera ésta sea. Porque es justamente en esas situaciones donde encontraras las claves para tu propia sanación.
Pero no confundas emoción con sentimiento, muchos no conocen la diferencia. El sentimiento está en nuestra naturaleza como humanos. Está presente también en la naturaleza animal, y el animal no actúa través de la mente, como sí lo hacemos nosotros. El sentimiento no debe ser de ninguna manera evitado. La felicidad, la tristeza… Es en cambio la emoción aquello que nos mantiene como atados a determinada situación. Es a través de la emoción que establecemos la identificación con esta situación determinada (transformándonos, de esta manera, en la situación misma).
Los animales tienen sentimientos, pero no tienen emociones, es por ésto eso no sienten apego con las determinadas situaciones. Has visto alguna vez un perro que ya no venga a saludarte porque le han dado un coscorrón? (quienes no tienen mascotas pueden tomar cualquier ejemplo). El perro sentirá el dolor del coscorrón, eso seguro, y puede que hasta se aleje unos momentos, tal vez un día entero para protegerse, eso es instintivo, pero puedo asegurar que el perro no sentirá haber sido ofendido, como sí lo hacemos nosotros ante determinada situación que nos perturba.
Tomemos como ejemplo alguna falta de respeto. Por supuesto que ante una falta de respeto vale y más que vale hacerse respetar, no hablo de dejarse hacer ni mucho menos. La diferencia está en la existencia o no de apego a esa falta de respeto;
Me siento ofendido? Estoy apegado.
Me enojo con aquel que me ofendió? Estoy apegado.
Le retiro el saludo? Estoy apegado.
Planeo su castigo? Adivinen…
O simplemente observo la situación, le permito pasar a mi lado y paso a la siguiente?
El perro del que hablamos probablemente le abra paso. El ser humano se zambulle en la situación y a veces no hay buzo que bucee tan profundo para que pueda rescatarlo...no es así?
Pregúntate entonces por qué, ante determinadas situaciones, te cuesta tanto expresar tu propia verdad. No será que es así porque eres tu mismo quien se la pasa enjuiciando las verdades de los otros?
Pregúntate, pregúntate, pregúntate. Estate atento. Registra.
PREGÚNTATE
ESTATE ATENTO
REGISTRA
Porque estando atento al registro empezaras a encontrar en cada situación que te genere una emoción (en todas y cada una de ellas) el espejo que te mostrará algún aspecto de tu propia oscuridad a ser aceptado, trascendido y de esa manera liberado.
Haz el trabajo...
Continúa en "Integrar la sombra (II)"
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