sábado, 31 de mayo de 2014

Nueva religion



Las viejas religiones están cayendo en este tiempo. Ya no resultan vías eficaces de comunicación. No hemos alcanzado a comprender el mensaje a través de ellas, el mensaje sobre nuestra verdadera naturaleza .
La información comienza a llegar entonces de forma más directa. Es por esto que más y más de nosotros comenzamos a conectar directamente con la información. La vía de transmisión cambia porque a través de los métodos anteriores anteriores no hemos comprendido.
Los subtítulos dejan, así, de ser necesarios y el proceso se acelera enormemente.
Las señales, como nosotros las llamamos, ellas son nuestra nueva religión. Ellas nos re-ligan con nuestro camino, con nuestra propia verdad. Ya no es a través de metáforas que nos llega el entendimiento sino de manera más directa.
Las señales son necesarias mientras no conocemos el camino. Una vez que el camino conocemos, las señales pierden su función
El camino es ahora individual, a través de la comprensión del propio proceso.
Así, en nuestras relaciones están nuestros maestros, nuestra nueva religión. Por esto se dice que ya no existen los maestros que enseñan a grandes grupos. Porque el proceso es ahora individual a través de la experiencia, en la dimensión en que vivís.

Y qué es la experiencia?

Experiencia es COMPROBAR nuestra verdadera  naturaleza. A través de la experiencia nos hacemos de ella conscientes. Un experimento se hace para comprobar alguna cosa, siempre es así en aquello que llamamos ciencia.
La experiencia en la vida es un experimento para volvernos conscientes de la Totalidad.
Ama la experiencia, no le rehuyas. Porque sólo haciendo la experiencia es que te vuelves consciente.
De ahora en adelante, nuestra experiencia será nuestra comunión. Nuestra experiencia será nuestra confesión. Sera nuestra experiencia nuestra señal de la cruz. Y nuestra experiencia será el ritmo del tambor.

Ya no son funcionales los rituales religiosos. Dejan de serlo porque la vía de acceso directa  es ahora la experiencia.
No temas entonces vivir la experiencia, porque del temor nace la emoción, y la emoción te mantiene anclado al plano denso. Esto es el pecado.
El pecado es el apego.
(Quienes sacrifican sus cuerpos han interpretado esto  desde una errónea visión y se han desapegado de todo bien material. Pero esta no es una correcta interpretación. Es una lectura desde una perspectiva errónea. El desapego no es el desapego de lo material, es el desapego de la emoción).
Así, aquello que conocías hasta ahora como pecado es ahora el apego a la emoción (son solo diferentes subtítulos para un mismo idioma, un mismo proceso).
Liberarse del pecado es liberarse del apego a la emoción.

Y siguiendo con las reinterpretaciones, lo que antes era la oración es ahora la meditación.
En la oración nos creábamos una representación de la información. En este tiempo, a través de la meditación la información es transmitida de forma directa, ya no a través de cuentos, metáforas y prácticas rituales. La práctica es ahora dentro tuyo.
Por esta razón se disuelven los grupos y se crean redes. Redes donde los diferentes universos se entrecruzan a través de la experiencia. Y, a través del encuentro evolucionan, yendo entonces a la búsqueda de otro encuentro.
El camino es a partir de ahora individual. El maestro que estaba afuera es ahora la propia experiencia. Y la experiencia te permitirá ver tu sombra, te permitirá abrazarla y de esta manera integrarla.

La experiencia es, a partir de ahora,  la herramienta del camino a la ascensión.
Sé entonces religioso hasta en el más pequeño acto que realizas en el día, en cada uno de ellos, y estarás siendo fiel a tu propia verdad, te volverás coherente contigo mismo (“la palabra de Dios”: diferentes subtítulos para un mismo idioma).
Sé en extremo consciente de tu experiencia para no caer en la inconsciencia, y así en la incoherencia (“el pecado”: diferentes subtítulos para un mismo idioma).
Y como te vuelves consciente?
 Permanece en el Aquí y Ahora.

Aquí y ahora en cada experiencia te permitirá desapegarte de la emoción, y así comprender la experiencia, y así trascenderla.
Tu religión será, en estos tiempos, permanecer en el aquí y ahora. Y para ello ya no precisas de otros que te indiquen cómo hacerlo. Porque no hay nada que hacer. Simplemente estar.

Tu religión es el aquí y ahora.

 Porque en el aquí y ahora (en la meditación permanente) la información es transmitida directamente, a cada cual mediante su propia experiencia. Por eso las religiones caen.

Enraiza y respira

Enraizar y Respirar son poderosas herramientas de acceso al aquí y ahora (aunque en realidad no hay tal cosa como un “acceso”. El aquí y ahora simplemente Es.

Anclando los pies al suelo haces consciente la experiencia
 Respirando la integras

Por todo esto, ya no te confundas con símbolos, libros de autoayuda o maestros espirituales. La respuesta (el camino recto) está en tu corazón.
En estos tiempos, sé como un árbol.
Echa raíces
Permanece quieto
Y respira

Amen

Padre Nuestro subtitulado




“Padre nuestro que estás en los cielos”
Padre:
La Consciencia dentro de nosotros mismos
La Inteligencia dentro de nosotros mismos
El Uno en cada uno de nosotros

 “Santificado sea tu nombre”
Tu nombre: la verdad manifestada a través de nuestras acciones mediante la coherencia con nuestra propia verdad.

“Venga a nosotros tu reino”
Tu reino: la consciencia del Amor. El reino de los cielos es la energía del Amor, la consciencia de Lo que Es.

“Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”
La voluntad de la Consciencia que está dentro de cada uno. Hágase tu voluntad. Nos está hablando a nosotros. A nuestro ser en esencia consciencia. A nuestro ser verdadero, a quienes somos en realidad.

 “Danos hoy nuestro pan de cada día”
Aliméntanos con las experiencias que nos permitan integrar la materia para, de esta manera, trascenderla. Nuestro pan de cada día es el karma como herramienta de ascensión. Es la visión del poder en cada uno de integrar la propia sombra. Digerir el pan, asimilando cada uno de sus componentes a nuestro cuerpo físico. Abrazar nuestra sombra para integrarla y comprenderla (son tan solo subtítulos para que nuestros ojos físicos comprendan).

“Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”
Así como conozcamos el Perdón, así nos perdonaremos a nosotros mismos, así nos comprenderemos y así nos integraremos para desintegrarnos en la Sabiduría, en el Campo Cuántico (ven que son solo diferentes subtítulos para el mismo proceso?)

“No nos dejes caer en la tentación”
Ayúdanos a desidentificarnos de la emoción (la emoción es apego, el error). Porque es solo a través de la desidentificación de la emoción que la esencia partícula se vuelve consciente de si misma como consciencia esencia y puede utilizar la matrix como herramienta de ascensión, y no de coercion.

“Líbranos del Mal”
Líbranos del temor, porque es a través del temor que permanecemos anclados a la matrix.

“Amén”
Amen es la Fe, es la certeza, es la conexión con la Fuente.
Amen es, así, el Amor Incondicional. 

Amen incondicionalmente. 

La religión es solo la manera que ha sido utilizada durante un periodo limitado de tiempo como indicador para hacernos el mensaje más comprensible, el mensaje sobre nuestra propia naturaleza.
 Porque aún vemos desde vuestros ojos físicos, entonces es a través de nuestros ojos físicos que el conocimiento nos debe ser mostrado. 


martes, 27 de mayo de 2014

Integración


Integramos la Fuente a través de la respiración, y a través del verbo la manifestamos.
Así es en nuestros cuerpos. Integramos la Fuente a través de  fosas las fosas nasales, y a través de la palabra la manifestamos.
Ven que la Fuente circula  a través de los espacios?
La Fuente circula a través del espacio.
El espacio de nuestra boca, el espacio de nuestras fosas nasales.
El cuerpo solo le da forma a la circulación de la energía de la Fuente.
No es el cuerpo el que debe ir hacia la Fuente. Es la Fuente la que brilla a través del cuerpo.
Integrar la Fuente es hacer que la fuente vuelva a nosotros.

Que a través de nosotros la Fuente se manifieste.


domingo, 25 de mayo de 2014

Mente en calma


Una mente en calma ve el constante movimiento, ve el fluir, ve en la vida la vida misma
Los sentidos nos engañan
Aquietar la mente es correr el velo de los sentidos

Prostitución emocional



Cuántas cosas haces para que el otro no deje de quererte?
Pues vengo a contarte que es justamente cuando dejas de hacer estas cosas que contigo mismo te vuelves coherente.
Y qué pasa si te vuelves coherente contigo mismo? 
Pues si te vuelves coherente tal vez el otro deje de quererte...y eso justamente estará en congruencia con tu propia coherencia.
Seguirás haciendo o dejando de hacer para que no dejen de quererte?
Bien, esto tiene un nombre: prostitución emocional.

La enfermedad viene a denunciar la prostitución emocional



Más sobre la enfermedad...





El cuerpo no es más que  vehículo de transmisión, y cuando el vehículo transmite de manera incorrecta, el vehículo se enferma. 

Y qué es lo que el vehículo transmite?

 El vehículo transmite el mensaje, y el mensaje es transmitido a través de tu propia verdad.

Confía entonces en tu verdad, ten certeza en tu verdad, abandónate a ella

 Porque la enfermedad surge de la incoherencia, y la incoherencia no es mas que la incorrecta transmisión del mensaje a través del vehículo. 

Eso es la enfermedad.

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres"
Juan 8:32



viernes, 23 de mayo de 2014

Vuelvo a ser niña


Recuerdo que de niña tenía tres interrogantes (eran cuatro en realidad, pero el cuarto aun no fue respondido, entonces lo dejo para otra oportunidad)
El primero de ellos fue el que a más temprana edad apareció. Sé que era aún muy niña, porque al pensar en esto (generalmente sucedía que me ponía a pensar en esto por las noches), se generaba en mi una sensación de inmensa incertidumbre (a tan temprana edad las sensaciones se viven como sensaciones, sin rotulo ni definición, solo sensaciones, por eso me es difícil describirlo en palabras, como sucederá también con los otros dos interrogantes) que me encontraba, a los pocos minutos, acurrucada en la cama de mis padres, en medio de mi madre y mi padre buscando protección.
El interrogante constaba de dos preguntas. La primera fue, según recuerdo, la siguiente: El día que yo muera, muere mi cuerpo, y yo desaparezco del universo, así sin más? Y para siempre? Y qué significa  para siempre? Y como puede ser que, existiendo un para siempre, yo desaparezca y  no exista nunca más. Nunca más? Y qué significa nunca?
Y recuerdo claramente, sentir dentro mío la sensación de eternidad, y era ésta una sensación extremadamente  abrumadora, y al mismo tiempo, tenía la certeza de que era absolutamente real.
Entonces, yo desparezco para siempre, y hay un para siempre que existe para siempre…pero sin mi existencia que también para siempre desaparece?
Era tan absurdo este razonamiento, que un día me sentí tan abrumada que deje de pensar en él…y, así, de una noche para la otra, despareció.
El segundo interrogante surgió, creo, un tiempo después, pero se complementaba por las noches con el primero…ambos comenzaron a darse a la vez. L pregunta era ésta: Si dicen que el universo en infinito…como puede ser infinito si está formado solo de materia? Estrellas, planetas, cometas (seguramente imaginara a Santa Claus también en el conglomerado de materia por esos tiempos) se suceden infinitamente?  Si hay algo que llamamos materia debe también existir algo que sea no materia que esta mas allá de ese espacio formado por planetas, estrellas y cometas. Debe haber algo que todo lo englobe. Y tenía la sensación corporal, así como me ocurría con el interrogante sobre el tiempo, de que eso de la infinitud del universo como universo exclusivamente material no podía ser. Lo sentía en mi cuerpo…no lo pensaba, simplemente lo sabía, en cada célula, en cada parte de mi ser. Sabía que había algo en esta explicación que no podía ser correcto.
Un tiempo más tarde, apareció el tercer interrogante. Siendo niña, tenía una amiga en la escuela primaria, Mariana se llamaba. Era mi amiga más cercana, mi mejor amiga. Vivía sola con su madre porque su padre había muerto cuando ella era muy niña. Yo por mi lado vivía en un hogar donde el conflicto era moneda corriente; las peleas, los gritos, hasta la violencia física era moneda corriente. Y las dificultades económicas constantes potenciaban lo anterior. Encontré entonces, en casa de mi amiga y su madre, un refugio donde me sentía como en un cuento de hadas. No existían las peleas, y siempre había algo nuevo para hacer. Recuerdo que íbamos a su casa country, nos bañábamos en una gran piscina, comíamos en el restaurante, paseábamos por los centros comerciales de donde siempre volvíamos con algún regalo y todos los martes comprábamos muchas bolsas de pan caliente que llevábamos a la escuela para compartir. Recuerdo que el aroma al pan caliente concentrado en el ascensor por la mañana me colmaba de felicidad. Así es que pasaba gran parte de mi tiempo en este mundo mágico que me permitía descansar del ambiente violento que respiraba día a día en mi hogar.
Y un día, haciendo su aparición de la nada misma, se gestó en mí la siguiente pregunta. Cuando estoy en casa de Mariana, sé que la vida en esta casa se da, porque la veo, porque estoy aquí presente. Veo a su madre cocinando, poniéndose el pijama para ir a dormir, veo a Mariana lavándose los dientes y haciendo la tarea para el día siguiente. Ahora, cómo puedo yo saber si la vida en esta casa continúa existiendo en mi ausencia? Qué sucede cuando yo no estoy?
Entonces comencé a elucubrar estrategias para poner a prueba mi hipótesis. Pensaba, puedo venir algún día, sin que nadie de mi visita, y espiar por la mirilla de la puerta. De esta manera sabría si la vida en la casa continúa aún cuando yo no estoy. Pero en seguida descarté esta idea porque, aunque ellas no supieran de mi presencia, mi presencia de hecho existiría, y por lo tanto, si veía vida, no podía decir que esta vida se diera en mi ausencia, porque yo la estaría observando, aun estando detrás de la mirilla.
Entonces se me ocurrió otra estrategia. Si pongo una cámara pequeñita, en algún lugar bien escondido, donde nadie alcance a verla, podré luego ver en la filmación si la vida en casa de Mariana existe aún en mi ausencia. Pero esta segunda estrategia fue también rápidamente descartada porque, aunque yo no estuviera allí físicamente, aún seria observadora de esa realidad al momento de ver la película, por lo tanto, no podría decir que la vida se diera aún en mi ausencia…
No recuerdo si fue alguien externo a mí que se rio de mi idea, o si fui yo misma quien la descartó, pero un día me dije a mi misma que el hecho de pensar que en mi ausencia la vida en universo no existiera era de un egocentrismo difícil de igualar (en mi casa me catalogaban con bastante frecuencia de egocéntrica, por lo que me dije a mi misma que probablemente mi inquietud surgiera de mi egocentrismo). Y así fue que, de un día para el otro, dejé de interrogarme a este respecto.
Recuerdo claramente el momento preciso en el que surgió el último interrogante. Me encontraba tomando una coca cola en la mesa de una confitería con mi madre y mis hermanos, cuando vi pasar un hombre de unos treinta años que llevaba en una mano una raqueta de tenis. Estaba vestido con ropa de tenis por lo que lógicamente iba a jugar un partido de tenis. En ese momento se encarnó en mi el siguiente pensamiento (repito que le llamo pensamiento, pero no era realmente un pensamiento sino algo que cobraba vida en cada parte de mi ser). Este hombre se levanta todas las mañanas, va a trabajar, almuerza al medio día y regresa a su trabajo. Por la tarde regresa cada día a su casa donde encuentra a su familia, y tal vez una o dos tardes a la semana se lleva su raqueta y su ropa de tenis y va al club a jugar con sus amigos. Es esto de lo que se trata la vida? No hay nada más que esto?  No hay nada más que las acciones que realizamos día a día? Y supe, en ese momento, que la vida no podía ser eso…lo sentí en cada partícula de mi ser…y sentí en ese mismo momento, una sensación de profunda tristeza, porque era de eso de lo que se trataba la vida que yo estaba viviendo en mi cuerpo material.
Ese día sentí por primera vez la sensación que, muchos años más tarde, seria catalogada por algún profesional como depresión. Decidí en ese preciso momento también, nunca más volver a pensar en eso. Nunca más quería volver a experimentar esa tristeza, esa decepción.

Muchos años más tarde, sentada en una oscura habitación en la selva colombiana, escuchando los cantos que salían como pájaros de la boca del chaman y siendo conducida por la planta maestra por los oscuros recovecos de mi sombra, viví en mi la experiencia de la ilusión del espacio tiempo. Lo viví en cada célula, en cada molécula y en cada átomo de mi ser, y recordé a la niña atemorizada en su cama que se preguntaba sobre la infinidad del espacio y del tiempo, y la tranquilicé y le dije tienes razón, aquello que le han dicho es incorrecto, tu existirás por siempre, porque existe algo mas allá de la materia que trasciende la materia misma.
Algunos años después, llego a mis manos un libro donde se hablaba del experimento que realizo Thomas Young, donde, se demuestra, mediante la dualidad onda-corpúsculo de la materia, que el observador afecta lo observado, que la consciencia crea la materia y que de esta manera la dualidad interior-exterior se disuelve. Una vez más, regresé la niña que disfrutaba del aroma al pan caliente y le dije tienes razón, si tu no observas la vida, la vida no ocurre.
Comprendí, por ese tiempo también, que si el hombre de unos treinta años que va a jugar al tenis dos veces por semana, que trabaja día a día para regresar a su familia y se despierta al día siguiente para continuar realizando acciones incesantemente, no toma consciencia, en el momento que sea, que hay algo mas allá dentro de sí mismo que un hombre treintañero que trabaja, tiene una familia y juega al tenis, invariablemente llegara a sentir aquella tristeza que sentí yo cuando niña. Que el sufrimiento surge de la ignorancia. La ignorancia de creer que el cuerpo material que habitamos es todo lo que somos, que estamos separados de los otros cuerpos, y que nuestra existencia termina allí donde el cuerpo físico muere.

Acaricio entonces a la niña sabia. Y cierro los ojos y la siento dentro mío. Y veo que en realidad no es una niña. Es es la sabiduría misma que través de mi se expresa. Y comprendo. Y le agradezco. Y sonrío, como sonreía cuando olía el pan caliente. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Nueva sección: "Y el verbo se hizo carne"


“En el principio era el verbo y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios.”
Juan 1:10



 Porque toda vibración es una parte del espectro total de la consciencia, y cada palabra es un acto creativo final, la palabra que tú o yo usamos es realmente indicativa de nuestro estado de consciencia. Porque la palabra no esta separada del pensamiento, simplemente vibra en diferente frecuencia.Porque no hay pensamiento que no devenga materia.

Vamos a poner atencion a las palabras

“Y el verbo se hizo carne...” 
Juan 1:14

Y el verbo se hizo carne: PERDON

La palabra perdonar viene del prefijo -per (indica a través de/por completo) y donare (regalar). 
Así, el perdón es un acto de completa dádiva o generosidad a través del que perdona. 
Verdaderamente, en el origen, la palabra perdonar significaba "regalar definitivamente un acreedor a un deudor algo que le debía".


"Pedro se acerca a Jesús y pregunta: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?" Y el Señor le responde: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”
Mateo 18, 21-35


"Perdonad y seréis perdonados"
Lucas 6:37-42

Del punto de encaje y el acecho


Los sentidos nos permiten captar la energía del Espíritu desde diferentes  frecuencias de vibración  (estos términos continúan activando nuestra izquierda manera de pensar, por lo que ya dejan de ser adecuados, pero siguen siendo usados como transición en nuestra profundización de la conciencia). De esta manera, nuestros sentidos no son más que la percepción de la energía desde un punto particular de encaje de la conciencia (el término punto de encaje fue utilizado por Don Juan Matus, maestro de Carlos Castaneda, y creo que es  una metáfora, un subtitulo, un señalador,  que permite aproximarnos bastante al “concepto” de lo que intento transmitir (aunque claramente no sea un concepto) .
Cuando trascendemos la percepción a través de los sentidos, esto significa que se ha corrido nuestro punto de encaje.
Trascender la imagen de sí es trascender la tercera dimensión o, lo que es lo mismo, trascender la dualidad es trascender la imagen de sí.

Muere a cómo te conoces a ti mismo.
Conócete en tu esencia.
Conócete en La Esencia
Reconócete La Esencia

Practiquemos entonces todo aquello que nos permita mover nuestro punto de encaje. Practiquemos la coherencia. Coherencia entre lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos.

Manifestemos nuestra esencia. 
Permitamos a la Esencia que a través de nosotros se manifieste.

Porque cuanto menos nos manifestamos en esencia, mas nos fijamos al viejo punto de encaje. Esta es la distracción de la que mucho se habla.
Veamos pues el origen de la palabra distracción.
Distracción:  del latín distractio, distractionis (separación, división en múltiples vías, desunión), del verbo distrahere (tirar en direcciones contrarias o divergentes)
Estamos siendo traídos hacia la comprensión y la distracción de ella nos separa. A más fuerte el llamado, más fuerte la distracción.
Mover el punto de encaje no es mas que pasar de la razón al corazón (el camino con corazón del que habla Don Juan Matus).
Cuando no estamos estorbados por la razón, sabemos exactamente aquello que debemos hacer. Esto es estar al acecho. Es saber exactamente lo que debemos hacer y ser con ello impecables.
Pero el acecho no se da a través del pensamiento porque: “Quién es aquel que acecha al pensamiento?”.
Para acechar al pensamiento debemos volvernos menos racionales, hacer aquello que dicta el corazón,  por mas irrazonable que parezca. Esto es la impecabilidad, el no pecado. Es el acecho del jaguar.
Así, acechémonos como acecha el jaguar.
Cuanto menos familiar, cuanto más ajeno a nosotros mismos nos resulte aquello que sintamos o querramos hacer, más cerca de mover el punto de encaje estaremos si no interferimos con la razón. Cuanto más interpretaciones tengamos de la realidad, menos de la Realidad estaremos viendo.
A veces, las más fuertes y amenazantes situaciones son aquellas que nos hacen perder nuestra historia personal. 
Ver es practicar el perfecto no hacer, cuando a uno es perseguido por el jaguar. 

La aceptación del dolor en el momento de mayor dolor. 
Porque en la aceptación  del dolor esta la comprensión de que no hay dolor.
 Es por esto que Ver no es más que percibir la realidad desde un punto diferente de encaje dentro de nosotros mismos. 
Y así, cuando Vemos, sabemos que no hay tal cosa como nosotros mismos.

miércoles, 14 de mayo de 2014

"Cuando el alumno está listo..." (parte II)


"Cuando el alumno está listo, el maestro aparece."
Muchas veces escuché esta frase durante mi vida, pero comencé a prestarle verdadera atención cuando comencé esa  búsqueda que muchos hemos emprendido en algún momento de nuestras vidas, dejando la comodidad de las costumbres y lo preestablecido para salir en búsqueda de “nosotros mismos”.
Pues bien, desde entonces es que estuve buscando al maestro. “Cuándo estaré lista?” me preguntaba incansablemente. “Como reconoceré a mi maestro?”.
Y a medida que me iba encontrando con diversos personajes en el camino me entraba la duda: “Será mi maestro este indio barbudo que me hace respirar y recitar mantras sin parar?”, o “Será este hombre de medicina tan sabio como salvaje que en la selva me ofrece la sagrada medicina de las plantas?”. “Será este buen hombre de gorro cilíndrico y largas polleras que me enseña una técnica para girar sobre mi misma durante horas sin marearme?”, o “Sera esta mujer que con solo mirarme sabe quien fui en innumerables vidas pasadas?”
En fin, buscaba y buscaba, y los supuestos maestros aparecían sin parar…pero yo seguía preguntando.
Hasta que un día dejé de buscar, y la respuesta apareció.
Y  no era la respuesta que yo esperaba. Mi maestro no era un indio con ojos de niño y barba, ni un potente chaman amazónico. No era derviche citando sabiamente a Rumi, ni una mujer mensajera del Espíritu. 
Me di cuenta de que nunca hubiera encontrado la respuesta desde mi mente, comparando niveles de maestría, colores de vestido o grado de conexión con la naturaleza…
Comprendí que la respuesta venia desde dentro, estaba en mi interior aún desde antes de haber comenzado a preguntar... 
   
Entonces se me ocurre hacerte una propuesta, y la propuesta es ésta:
Deja de preguntar dónde estará tu maestro. 
En cambio, te ofrezco una lista de preguntas. Tal vez sean éstas la que te traigan alguna respuesta, quien sabe...
Observa a tu alrededor, observa tus relaciones, tu entrono, tus percepciones, y hazte las siguientes preguntas:

Qué es aquello que más te agrada de quien tienes enfrente?
Cuáles son los aspectos que más atractivos encuentras?
Qué es aquello que más te irrita, aquello que más te molesta, aquello que más te incomoda?

Y yendo aún un poco más lejos…

Cómo catalogas a las personas que tienes a tu alrededor?
Como las calificas?
Cómo las defines?
Cómo las ves?

Supongamos que tú y tu compañero de trabajo comparten un mismo jefe. Puedes estar seguro de que el jefe que tú ves no es el mismo jefe que ve tu compañero. Quizás compartan algunas percepciones, pero el retrato mental que ambos tengan de ese jefe será abismalmente diferente en la mayoría de los casos.

Y a qué va todo esto?

Tengo una compañera de trabajo que se llama María. Si alguien me preguntara qué aspecto de María encuentro más atractivo, yo respondería, su sentido de la responsabilidad. Y si me preguntaran qué características menos me agradan, más me molestan, más me irritan, mi respuesta sería: su envidia, su competitividad, su intolerancia al error.
Puedo tomar también el caso de un amigo muy cercano (por suerte tengo mucho espejo reflejándome de cerca). Si me preguntaran cuáles son aquellos aspectos de mi amigo que más me agradan, mi respuesta seria: su espiritualidad tan natural e intrínseca. Y si me preguntaran qué es lo que menos me agrada, yo respondería: su temor al qué dirán, su incapacidad de decir no, su ridícula auto desvalorización (ay, ésta sí que me molesta!).

Pues decido entonces invertir la cámara (una cámara imaginaria, digamos) como quien filmando un video de viaje se filma a si mismo haciendo un comentario acerca de un paisaje o una situación divertida…
 …entonces me veo a mi misma.
Y qué me encuentro?
 Que soy yo misma la competitiva, la intolerante al error. Yo misma soy quien siente que los demás saben más o pueden más, y muchas veces es justamente esa comparación la que me genera envidia.  Dicho sea de paso, mi padre era intolerante a mis errores (y a los suyos propios, por supuesto), y mi madre se desvalorizaba enormemente frente a los demás. Podría acaso esto ser de otra manera?

Entonces aquí estoy, sentada mirando la filmación, viendo la cámara alternar entre los demás y yo misma. Y registro la imagen, y queda claro como el agua que tanto los aspectos que más me molestan de mi compañera de trabajo como aquellos que más me agradan, aquellas características de mi amigo que más admiro como aquellas que más rechazo son justamente los aspectos que viven en mí misma, y que al estarme tan ocultos me deben ser reflejados por aquello que yo llamo “los demás”.
Entonces comienzo a ver que en la película en realidad no hay muchos actores
Hay un solo actor, mejor dicho una actriz
Y soy yo misma.
Soy yo misma proyectada en cada uno de los actores…parecen muchos, pero al mirarlos con atención (Atención), veo en cada uno de ellos, todos y cada uno de ellos tiene mi rostro…se funden todos y cada uno en en mi persona.
Y pareciera como que de pronto aparecen unos subtítulos que me hablan bien clarito y sin palabras a la vez…
Y leo y leo y leo, y no me canso de leer…que todo aquello que catalogo en un otro, no hace más que mostrarme un aspecto de mí misma que a mí misma me está oculto. Que cada uno de nosotros cataloga diferentes aspectos de una misma persona, dependiendo quien juzga la realidad, esa realidad se convierte en tal. Así, existen tantas realidades como percepciones existan de la realidad.
Y de golpe, así de repente, comprendo, de manera más tangible eso que dicen de que  el universo es mente.

Mente Verdadera

Verdaderamente 


Porque en aquel que tu puedes ver alguien aburrido, yo lo puedo inteligente, y algún otro vera a alguien confiado de sí mismo. Entonces la pregunta es: quién es verdaderamente ese alguien que estoy viendo? Quién tiene la razón? Cuál es la realidad?
Pues la realidad no es más que la percepción que de la realidad cada uno tiene.

Hay tantas realidades como percepciones de la realidad existen.

Por todo esto aquí va mi consejo:
Todo aquello que catalogues en un otro, velo en ti mismo, en una u otra polaridad, desde la luz o desde la sombra.
Cada aspecto que ves en tu “realidad externa” no está más que dentro de tí mismo. No puede ser de otra manera. Si no estuviera dentro de tí mismo no podrías verlo en el afuera. Porque tu realidad no es más que una proyección de tí mismo. Eres tú mismo el creador de tu propia realidad. Una vez más, una comprensión más tangible de esta afirmación.
Así pues, la realidad será de tí la manifestación más plena cuantos más aspectos de esa “realidad externa” identifiques en tí mismo. El aprendizaje será exponencial. Cuantos más momentos de tus días, cuantas más situaciones y relaciones utilices como maestros, más cerca estarás del conocimiento. Porque el conocimiento llega mediante la comprensión de la no dualidad.
Entonces, no te identifiques con ninguna emoción. Y sé con ello impecable.
 Esto es la neutralidad. La comprensión de la no dualidad.
Tal vez esta “fabula/koan” que tomé prestada te ayude a comprender:

Estás en un árbol de manzanas que crece en las paredes de un precipicio. Arriba te espera un león hambriento y abajo un cocodrilo también hambriento ¿Qué haces?

Me como una manzana”, responde el sabio.


Esta es la perfecta neutralidad.

El maestro es entonces como un cristal transparente que refleja a quien tiene enfrente. El maestro echa luz sobre todo aspecto nuestro a ser iluminado. El maestro nos ve en su transparencia y nos muestra todo aquello que ha de ser mostrado.
Así, cuando el alumno está listo, el maestro aparece.

Veamos pues la definición de la palabra aparición.

“Aparición: manifestación de aquello que estaba oculto.”

Lo ves? No es que antes no existía, solo te estaba oculto. Antes no lo veías. Ahora lo ves. Siempre estuvo allí. Porque el maestro eres tú mismo.

Obsérvate a tí mismo en los otros, porque en tí está el maestro que te mostrará el camino. En tí está la luz. Déjala brillar a través de tu sombra. Eres tú quien decide cuándo. Es tu elección vivir la luz o vivir la oscuridad.
Eres tú el creador de tu propia realidad.  “Cosas más grandes haréis, y cosas más impresionantes veréis (…)”, decía Jesús, y me imagino que pocos fueron los que comprendieron.

Volviendo a los juicios que haces del otro, de dónde vienen estos juicios? De dónde vienen aquellas categorías de acuerdo a las que catalogas tu realidad externa?  
Tu manera de ver el mundo, de catalogarlo, de categorizarlo, de juzgarlo, viene tus padres, de los padres de tus padres, de los padres de los padres de tus padres…El juicio va a la sombra del árbol. El juicio, el secreto se transmite a través de la cadena genealógica…y se manifiesta, una y otra vez, en forma de eslabones de esa cadena.

Mientras escribía esto, cayó un poco del helado que estaba comiendo en un almohadón donde yo estaba sentada. Y, obviamente, el almohadón se manchó. Entonces comenzaron a escribirse estas palabras:
“En esa mancha en el sillón observa la polaridad. La culpa, eslabón de tu infancia, y la travesura, lo que debes potenciar. Observa la luz y la sombra en cada situación y habrás trascendido la dualidad. Es esto vivir en el Tao, la contradicción.”

Veamos pues la definición de contradicción: 

"Contradicción: negación y afirmación que se enfrentan una a la otra, y recíprocamente se destruyen."

Así, al verlas las destruyes. El Tao es la plena contradicción. La luz en la sombra. La sombra en la luz.

Así, pues, si los padres han trascendido el juicio, el secreto, la incoherencia, los hijos vivirán en la coherencia. Si los padres han vivido en el juicio, en el secreto, en la incoherencia, pues los hijos vivirán en la incoherencia.
Por ejemplo, si aunque tus padres estuvieran mal, permanecían juntos, tú absorbes esa incoherencia. Así, cuando devienes adulto, te comportaras igual que tus padres.
Trasciende entonces la incoherencia, trasciende el secreto, trasciende el juicio.
Cuando un miembro del árbol transmuta la realidad, es capaz de sanar a todo el árbol. A través de tu propia sanación estarás sanando tu realidad. Habrá en ti una sanación que estará disponible a todo el mundo.

Así, cuando en tu realidad ves el camino, tu propia realidad comienzas a sanar. Ves allí el camino, y ves que el creador de ese camino eres tú.



Y comprendes, y esta vez sabes que realmente has comprendido, por primera vez, aquella frase que tantas veces habías escuchado pero nunca verdaderamente oído: “Cuando el alumno está listo, el maestro aparece.”

jueves, 1 de mayo de 2014

El dedo en la llaga


"No me pongas el dedo en la llaga..."

Yo me pregunto, qué es esa tontada???

El otro solo apoya el dedo, la llaga la pones tu!




MARIA EPIFANIA IV


El camino con corazón se abre paso en el espacio entre tus pensamientos