La Realidad, cualquiera ésta sea, es siempre a nuestra Imagen y Semejanza. En ella está el espejo que nos devuelve todos aquellos aspectos del ego a ser vistos, y así trascendidos, y así desarmados y liberados. Por esto, estemos atentos a nuestra realidad....
domingo, 2 de noviembre de 2014
Nueva dirección
Queridos amigos de A Imagen y Semejanza:
Como ya habrán visto, hace un tiempo no aparecen nuevas publicaciones en el blog.
La razón de esto es que he sentido que A Imagen y Semejanza debía transformarse en una página de Facebook, donde la información pueda ser más fácilmente compartida, y exista una comunicación más fluida entre quien escribe y aquel que lee.
Es por esto que, a partir de ahora, las publicaciones se harán directamente a través de facebook en:
"A Imagen y Semejanza: espiritualidad práctica".
Aquí les comparto el link para que lo visiten si así lo sienten.
https://www.facebook.com/aimagensemejanza?fref=ts
Un abrazo desde el corazón, y gracias por permitirme seguir compartiendo...
martes, 21 de octubre de 2014
Espiritualidad practica: Observar la proyeccion
Cuando en una situación determinada en alguna relación con alguien cercano a ti te sientas arrastrado por una emoción, mira a aquel que tienes delante como si fuera un perfecto desconocido, como si fuera ésta la primera vez que lo ves, como si aún no lo conocieras (tal vez te sirva traer al presente la situación en que por primera vez lo viste).
Esto facilitará que puedas disociar a la persona de la emoción que sobre ella proyectas, y de esta manera te será mas sencillo registrarla en tí mismo
Espiritualidad Practica: la no dualidad
Es como cuando cuando repetimos muchas veces una misma palabra, sin detenernos, una y otra vez, y llegado cierto punto el sonido que la palabra representa deja de asociarse en nuestra mente a la idea que el sonido de la palabra en nuestra mente recreaba. Como si el sonido de la palabra se desnudara de la idea, y quedara simplemente el sonido, desnudo de significado, siendo simplemente un sonido mas. Porque alguna vez, antes de que aprendiéramos a hablar, eso es exactamente lo que fue, hasta que lo dotamos de significado.
Así, de la misma manera, imagina una determinada circunstancia como desprovista del ropaje de la emoción, desnuda de la emoción que carga la circunstancia de significado.
La circunstancia equivale al sonido de la palabra, la emoción a la idea que la palabra representa.
Seria entonces como volver al momento previo en que aprendimos a decir esa palabra...
“Les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los
cielos”
Mateo 18, 1-4
lunes, 20 de octubre de 2014
Menos mano que la palma
Si por momentos nos llega información (a manera de conocimiento, entendimiento, comprensión) ésta no se transmite a través del vacío, no es así?
Si la recibimos, o la percibimos, es porque debe existir un “puente” entre nosotros y el "lugar " de donde ella proviene, no es así?
Y si este puente existe, si existe esta conexión, entonces nosotros y el "lugar" de donde esta información proviene debemos ser parte de uno solo, no es así?
A ver...
Imagínate tu mano. Existe entre la palma de tu mano y tu dedo meñique una conexión, es decir, una articulación que los mantiene unidos. Pero, qué es la mano, sino cada uno de sus partes y la unión que hace que cada una de sus partes conforme aquello que llamamos mano?
Existe algo llamado “mano” mas allá de tu dedo meñique, la palma y la articulación que a ambos une? O cada uno de estos componentes es imprescindible para conformar aquello que llamamos mano? Es acaso más mano, la palma que el meñique?
Lo que llamamos “conexión” es solo un puente. Pero no somos dos, nosotros y la fuente, somos uno y uno mismo.
Somos parte falsamente individuada de esa fuente de información. Somos (con S mayúscula) esa fuente, solo que sentimos ser una especie de apéndice de ella, sentimos ser “menos” que esa fuente. Como si el dedo meñique se sintiera menos mano que la palma. Pues eso no es más que una idea del ego. Es el ego el que imagina la fragmentación.
Entonces, si nosotros somos parte de esa fuente, no somos entonces acaso uno con esa fuente?
Nuestro dedo meñique es parte de nuestra mano, y siendo de nuestra mano parte, es en sí mismo nuestra mano, no es así?
No podemos decir, esta es nuestra mano, y nuestro dedo meñique es un apéndice de nuestra mano, no es así?
Nuestro dedo meñique es tan parte de nuestra mano como el dedo índice, el anular y la palma, pues: existiría tal cosa como lo que llamamos mano si no existiera cada una de esas partes que la mano toda conforman?
El meñique contiene entonces en si a la mano, y la mano contiene al meñique, no es así?
La fuente nos contiene y nosotros contenemos a la fuente...
Entonces, nosotros debemos ser la la fuente misma, no es así?
Así, esa información que pensamos “que nos llega” por momentos, como si proviniera de algo externo a nosotros, está en realidad a nosotros integrada, SOMOS ESA INFORMACIÓN. Lo único que nosotros hacemos es descubrir la información de los velos que una y otra vez nos intentan convencer, hasta que llegamos a creerlo, que el dedo meñique es menos mano que la palma.
lunes, 13 de octubre de 2014
Temor
El temor último es el temor a la muerte.
El temor a la muerte de aquello a través de lo cual te defines
El temor a que aquello a través de lo cual te defines sea atacado, y así puesto en riesgo de desaparición.
Así, el temor a al muerte es, en última instancia, el temor a la desaparición de la forma en la que actualmente te conoces
domingo, 28 de septiembre de 2014
Transparente
Primero fue el Verbo (el poder, la voluntad, la manifestación)
.
Ser Trans-Parente, trans-parientes. Trans-parental.
Trascender el Árbol Transgeneracional.
Sé transparente.
La Transparencia.
Transparencia es que el Verbo surja de la corona, de la conexión con la Fuente. Si el verbo se enturbia, se enturbiara la Transparencia. Se verá la realidad a través de los parientes, del anteojo del transgeneracional, de los condicionamientos adquiridos.
Mientras el Verbo no provenga de la Fuente, la reconexión no será posible (mejor dicho, el recuerdo o la conciencia de la Conexión.
Lo primero fue el Verbo
Lograr la transparencia es trascender el transgeneracional. Que el verbo sea vehículo de la verdad y no del Karma.
TRANS: de un lado a otro. PARENTE: Pariente.
Atravesar el árbol transgeneracional, el kúmulo karmático, el programa.
Ser transparentes es atravesar el kúmulo karmático. No se trata de de hacerlo a un lado. Porque solo lo quitaras de tu visión, pero seguirá allí estando, solo que de él no seras conscientes. Se trata de ATRAVESARLO. Y para atravesarlo debes vivirlo en cada célula de tu ser. Si no, no lo trascenderás, lo transportaras contigo a tu espalda (este es el famoso símbolo de la mochila). Sera una carga porque no lo veras.
Debes atravesarlo para trascenderlo. Allí te volverás transparente, y el Verbo que manifiestes será la Verdad.
Cada cual de nosotros ha venido con un “programa” que nos indica los pasos a seguir para trascender este nivel vibracional. Se aquello que eres, como INDIVI-DUALIDAD, y el programa te será funcional. De lo contrario, no hará más que hacer cortocircuito, provocándote gran malestar, frustración y decepción.
Es el programa, los “anteojos” del Karma, lo que debes aplicar para “aprender” la lección. Y para ello, CADA CUAL TIENE SU PROPIO CAMINO, su propio sendero. Ese es el Verdadero Camino.
Es ese el Camino del Corazón.
Si haces aquello que piensas que otros quieren que hagas, pues entonces no estarás utilizando el programa, solo lo estarás haciendo entrar en cortocircuito.
Comprender el programa es comprender el aprendizaje en cada una de tus experiencias terrenales, y para comprenderlas debes trascender el plano de la dualidad.
Cuando el programa se vuelve funcional, alcanzas la comprensión, la Sabiduría, y trasciendes la dualidad.
Trasciendes la dualidad cuando trasciendes el kúmulo karmático.
Te vuelves transparental, te vuelves transparente.
Así, el verbo se vuelve pura manifestación de la verdad. El propósito del programa se ha cumplido y deja entonces de ser necesario. Allí se produce la ascensión en dimensión.
La Respiración es una forma de aclarar el canal entre la Verdad y el Verbo. Porque a través de la respiración te enraizas en el aquí y ahora, y en el aquí y ahora no hay pasado, no hay parientes, no hay transgeneracional, no hay kúmulo karmático, no hay programa. En el qui y ahora, Verbo y la Verdad son uno. Tu manifestación es tu esencia, tu esencia es tu manifestación (ambas ocurren a la vez).
El canal se aclara cuando respiras desde el estomago.
Respirando desde tu estomago, al principio conscientemente (luego ya no será necesario), aclaras el canal, despejas el camino, comprendes el programa, manifiestas tu verdad.
Meditar es la forma en que, aclarando este canal, la información verdadera comienza a circular. Por eso la importancia de la respiración durante la meditación. Sin la respiración, el canal permanece obstruido, y la mente re-memora, obstruyendo la información, que es filtrada a través de la mente, del kúmulo karmático.
“La Paz sea con Vosotros”
Predicar la Palabra de Dios no es mas que predicar tu propia verdad. Es aclarar el canal entre la verdad y el verbo, entre tu verdad y tu creacion
Predicar la palabra de Dios es ser transparente, trans –parental. Trascender el transgeneracional, trascender el kúmulo karmatico, el condicionamiento que te mantiene anclado a través de la emoción.
Aquel que predica la palabra de Dios es un maestro, es por esto maestro todo aquel que predica su propia verdad. Todos somos maestros, solo debemos conectar con nuestra propia verdad.
Respira y medita. Meditar no es más que escuchar tu propia verdad (que es diferente para cada uno de nosotros en este plano de dualidad). Cada cual debe reconocer su propio camino para comprender, cuando lo atraviesa, que el camino es en realidad uno.
La palabra de Dios se expresa a través de las señales. Ellas te indican el camino hacia la verdad. Para “escuchar” las señales debes estar en el Aquí y Ahora, como muchos decimos en este tiempo.
Para ésto, respira.
Así estarás meditando en cada segundo de tus días, en cada acto, por pequeño que sea, estarás escuchando la Verdad (la palabra de Dios).
Llegado cierto momento, ya no te será necesario sentarte a meditar con los ojos cerrados e inmóvil. Porque tu vida toda será una meditación.
Pero es un proceso. Al principio esto puede ser necesario, cuando te hallas tan desconectado de la Fuente. Debes hacer silencio, en un principio, para escuchar. Luego escucharas a través del ruido, porque ya no será ruido para ti.
Lo que para otros es ruido, para ti será Silencio.
“La Paz os dejo,
Mi Paz os doy.
Yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
Esto es, pues, comprender el programa, la matrix, el camino hacia la Paz.
“No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
Esto es la comprensión de la no dualidad. La comprensión del aprendizaje.
Queremos, muchos de nosotros, la paz en la tierra alcanzar huyendo del programa. Pues jamás la alcanzaremos en tanto no hagamos USO de ese programa.
La paz no es tomarse unas bonitas vacaciones en las Islas Bahamas. La paz es la comprensión de que cada experiencia que nos toca vivir en este plano es una herramienta de ascensión en el camino del cambio vibracional.
Debemos esto siempre recordad para no perdernos en viajes imaginarios por imaginarias dimensiones. Aun estaremos en esta dimensión anclados mientras el verbo no sea manifestación de vuestra verdad, mientras no manifestemos nuestra propia Verdad, mientras no seamos quienes verdaderamente somos
Todo el resto son puros palabreríos si en nuestra vida actuamos a través del temor y la mentira (mentira hacia los demás que es mentira hacia nosotros mismos).
“Ama a tu Prójimo como a Ti Mismo”
LO PRIMERO FUE EL VERBO
Actúa primero desde tu propia verdad, solo así podrás acceder a otros planos de vibración.
El Verbo, tu acción AQUÍ EN LA TIERRA, es la manera que tienes de manifestar la Verdad (ley holográfica).
Cuando no eres transparente, el Verbo no manifiesta la Verdad, y se produce así el “reajuste” para que ello suceda.
Este reajuste es la enfermedad, la crisis.
Mientras no manifestes “tu verdad” no podrás sentir la Alegría que la Paz da. Porque la Verdad es la Paz.
“Que la Verdad se sea con vosotros
Y con vuestro espíritu”
Son todos subtítulos.
Mientras vivas tu vida a partir del miedo, estarás reproduciendo los viejos patrones una y otra vez. Por eso nos hablan de vivir a través de la Fe (la Fe es la confianza en que “todo está bien”, porque la Fuente es amor, y de la Fuente el temor no surge).
Eso es la Fe. Es actuar a través del amor y no del temor.
Liberarte del temor te permite liberarte de la carga, del kúmulo karmático. Es por esto necesario atravesarlo para liberarlo. Atravesar el temor para llegar al amor. Es el camino del Héroe, el bosque oscuro del alma.
Ves que el verdadero arte nace y se hace por conexión a la fuente. El camino del héroe es relatado por todos aquellos escritores que han manifestado la Fuente en su acción, su obra.
Así, todo aquello que de la Fuente surja será religión. Porque la religión es la conexión con el Propósito, y todo aquel que actúa a través del Propósito, mediante la Transparencia, estará estableciendo esta conexión.
Por esto, “la palabra de Dios”, la verdad, es diferente para cada uno de vosotros en este plano. La palabra de dios es la palabra de CADA UNO DE NOSOTROS cuando con la Fuente conectamos.
Ama a tus enemigos (el amor incondicional). Porque amando a tus enemigos (a la adversidad) habrás comprendido que no existe diferencia entre tus enemigos y tus amigos. Que todo es manifestación de la fuente a través de tu programa. Y a tus enemigos agradecerás, “pondrás la otra mejilla”.
Es cuando pierdes conciencia del programa cuando entras en la matrix. Porque te mueves a partir del temor.
El programa está en todos nosotros. La diferencia está en que algunos somos por él esclavizados, mientras que otros somos por él liberados. Los despiertos y los dormidos no son más que quienes el programa usan como herramienta de evolución y quienes lo padecen. “El vaso medio vacío y el vaso medio lleno”. “El por qué y el para qué”.
Medita
Respira
Para así ser consciente de la Verdad, y que la Verdad se transforme en verbo, en manifestación a través de ti como canal de Luz
Te estarás preguntando cómo puedes poner en práctica todo este palabrerío. Pues aquí una clave, que si aplicas, hará que el camino se vuelva llano:
Registra todos aquellos momentos durante el día en que actuas de acuerdo al miedo, al “qué dirán”. Pues, en cada uno de estos actos, por ínfimo que sea, en que tu programa te esta esclavizando. Es en cada una de estas pequeñas actitudes, por ínfimas que sean, en que no estas conectado con la Verdad (a través de la verdad de quien eres, del Verbo). En cada día, cada hora, cada minuto y segundo de tu vida cotidiana, estas eligiendo si utilizar el programa a tu favor o como ancla al sufrimiento.
Solo eso.
“No supongas” decían los Toltecas.
Hazte consciente de esta diferencia: Estoy actuando de acuerdo a mi verdad, o lo estoy haciendo de acuerdo a la verdad de otros?
Y si este ejercicio utilizas como herramienta de ascensión, y no como mero ritual, iras aclarando el canal poco a poco. Poco a poco estarás transmutando la energía, y te parecerás cada vez más a ti mismo.
En el programa que trajiste a esta encarnación esta el camino de retorno a tu esencia. Libérate entonces de este patrón de funcionamiento en función del “qué dirán”, y el paso evolutivo que estarás dando será trascendental.
Registra estos pequeños momentos, estas pequeñas acciones, estas pequeñas actitudes, todas manifestaciones. Porque en la mas ínfima acción o actitud esta el potencial de canalizar luz o permanecer en la sombra.
Liberándote entonces del “qué dirán” se volverá clara tu misión a través de tu vocación.
Estate siempre presente, enraiza, respira, estate en el aquí y ahora para no olvidar tu programa. Pues si tu programa olvidas, este te condicionara, y condicionara tu “futuro”.
Utiliza tu pasado (el programa, el kúmulo karmático) como herramienta de evolución, y no como ancla al sufrimiento.
Libera el canal para volverte transparente
Que la Verdad sea una con el Verbo.
Arco y flecha
El mundo en el que vivimos no es sino infinita posibilidad. Es a través del pensamiento que creamos la realidad que nos rodea. El observador crea la realidad que observa, ya lo dice la nueva física.
La existencia es entonces un pool de infinitas posibilidades.
Qué sucede entonces con las posibilidades que ‘no suceden’?
Ahí está el error. Todas las posibilidades suceden. Están allí todos los posibles futuros desenlaces de cada situación en cada minuto, cada segundo de la vida de “cada uno”, y todas esas posibilidades suceden a la vez en algún plano. Por eso el Universo es posibilidad.
TODO ES POSIBLE
Hay un sinfín de ‘mundos’ o realidades posibles ‘allí afuera’. Cuál de ellos se manifieste en la materia para ser por nosotros percibido solo depende de donde nosotros pongamos nuestra atención. Ahí radica el poder de la atracción. Ahí radica el poder de recrear nuestra realidad de acuerdo a donde concentremos nuestra atención, nuestro propósito.
El propósito es una flecha que dirige la energía hacia el nivel de la manifestación
La intención es la canalización de la energía hacia ese propósito, es la fuerza de la flecha. Y para que la intención nutra al propósito, ésta debe existir en el aquí y en el ahora, que es el único tiempo real. De otra manera la energía que nutre a la intención se dispersa y la flecha carece de fuerza y dirección.
Así, en cada uno de nosotros está la elección de dónde poner la atención.
Recordar:
ATENCIÓN
INTENCIÓN
La atención puesta en un propósito con débil intención permanece a nivel de la energía del pensamiento, que por sí sola no es suficiente. Porque el pensamiento es ciego, y la intención no se mueve por si sola.
De la unión de la cabeza y el corazón nace la Visión
La humildad se manifiesta cuando reconocemos la cabeza al servicio del corazón. Por eso la inclinación de rodillas y la cabeza a la tierra. Porque allí esta la visión, en la alineación del propósito y la intención. Porque la intención se conecta a la fuente y el propósito es la manera en que percibimos el como realizar la intención.
Al estar la cabeza preponderando en los tiempos de Oscuridad hubo desconexión del Propósito, y solo había propósitos sueltos e ‘individuales’ desconectados del Propósito General. Por eso se percibieron estos tiempos con tiempos de caos.
Por eso hablamos de calmar la cabeza mediante la meditación, para lograr volver a ‘escuchar’ al corazón.
‘Escuchar’ al corazón, ‘ver’ al corazón, palabras que podemos a veces confundir con nuestros sentidos. Pero hay un ver que nada tiene que ver con los ojos, un escuchar que no se da a través del aparato de la audición. Se nos transmite a la manera que más se acerca a nuestro entendimiento.
El que tenga oídos para oir, oirá.
El que tenga ojos para ver, verá.
Volviendo a la realidad como un pool de infinitas posibilidades, la realidad que se manifieste tiene que ver con donde cada uno ponga su atención. Las otras realidades suceden también, solo que elegimos poner la atención en una de ellas. Por eso es sólo cuestión de a que elijo poner atención. Hacia donde dirijo mi energía. Esa será la realidad que se manifestará.
Todas las realidades suceden, nosotros elegimos poner el foco en una de ellas.
Ahí la importancia del trabajo con los condicionamientos, con el kumulo karmatico que se arrastra una y otra vez, de vida en vida, porque es éste condicionante de los pensamientos y emociones a través de los cuales transitamos estas vidas, recreando, en cada una de ellas nuestra propia realidad. Y continuamos así recreando la realidad vida tras vida de acuerdo a ese kúmulo de emociones (el temor). Recreamos la realidad a partir de allí, porque a partir de allí lanzamos la flecha.
Y lanzamos la flecha en la misma dirección vida tras vida porque el blanco esta puesto allí donde el condicionamiento lo dispone. Ahí radica lo fundamental de limpiar el kúmulo, porque condiciona el propósito, y la flecha es lanzada en una misma dirección vida tras vida.
Cambiar TEMOR por AMOR
A través del Amor (conexión del corazón con la fuente) se limpia el kúmulo del karma y la flecha puede ser lanzada con claridad, acorde al propósito verdadero.
En la desconexión cabeza corazón está la fuente de la duda permanente
La generadora de ansiedad.
NO EXISTE CERTEZA A TRAVÉS DE LA CABEZA
La duda en la elección de una realidad entre ese infinito de realidades posibles existe porque nos movemos en la oscuridad. No vemos la luz del corazón que indica El Camino entre los infinitos caminos.
En el camino del iluminado hay certeza.
El camino del iluminado es el camino del corazón. El iluminado conecta a través del corazón. Ya no existe la duda, solo claridad. No se pierde en el temor a la equivocación.
Por eso, cuando uno comienza a despertar, esto puede generar angustia, porque se vuelve uno consciente del infinito de vidas posibles. Ve que el poder de decisión está en si mismo, el libre albedrío genera responsabilidad.
El primer paso es entonces darse cuenta de que el poder está en cada uno para crearse. Puede esto, repito, generar angustia, ya que aún se percibe a través de la cabeza y el pensamiento.
El siguiente paso es abrir el corazón. Se nos pide que abramos el corazón.
“Solo los niños vendrán a mi”. Solo los inocentes, solo los limpios del kúmulo.
Este kumulo karmatico es el “pecado original”. Por esto en la ceremonia del bautismo el agua de la limpieza se pone en la frente, para ‘limpiar la visión’.
Entonces, comenzamos a darnos de todo esto cuenta, pero seguimos viviendo desde el pensamiento. Nos volvemos conscientes de nuestro poder de creación pero no sabemos qué es aquello que “debemos crear”. Estamos ciegos.
Lázaro era un ciego que pudo ver cuando conoció a Jesús.
Entonces se trata de dos pasos.
1) Reconocer el poder creador que reside en cada uno.
2) Ver (sentir) qué es aquello que hemos de crear.
Es este el camino del guerrero.La lucha contra los dragones, las bestias, el bosque oscuro. No son todas estas mas que metáforas para representar el kúmulo del karma.
A través del kumulo continuamos repitiendo los mismos patrones, vida tras vida, por miles de vidas. Y así continuamos desconectados del Propósito Universal, porque no lo sentimos en el corazón, en nosotros. Las flechas vuelan sin rumbos definidos, y nos matamos unos a otros. Las guerras no son más que enormes cantidades de flechas sin dirección. Las guerras con uno mismo. No nos reconocemos parte de algo mayor. Dudamos. No escuchamos el mensaje.
Se nos insiste en que el trabajo es aclarar canales, conectar a través del corazón.
Ahí el por qué del entrenamiento con arco y flecha como práctica espiritual. El blanco no será alcanzado en tanto la flecha no sea direccionada a través del corazón.
Por eso tantas personas dicen “no encontrar”. Pasan años, décadas, a veces siglos, buscando, buscando. Entrenándose como el arquero. Y dicen no comprender por qué no encuentran.
No encuentran porque no han abierto el corazón. Están entrenadas, pero continúan sin ver el blanco frente a ellas. Por eso dicen los sufís que Dios está más cerca nuestro que nuestra propia yugular.
La flecha lanzada con la intención del corazón da en el centro del blanco. No puede ser de otra manera. Hay certeza en el tiro. Ahí se supera la prueba.
A través del pensamiento el blanco no se alcanza a ver. Por eso el arquero no atina. No comprende por qué. Apunta y no atina. Y pasan meses, años, vidas, y el arquero continúa sin atinar. Hasta que comprende.
Y entonces lo ve.
Y cuando lo ve no hay forma de no atinar. Ya esta tan entrenado. Solo le faltaba verlo a través del corazón.
Recordemos entonces al arquero. El blanco esta allí, frente a nosotros, solo debemos recordar como Verlo
domingo, 14 de septiembre de 2014
Como es arriba es abajo
Así
como cada célula de nuestro cuerpo lleva la información de nuestro cuerpo todo,
así también cada uno de nosotros lleva dentro suyo la información del universo
entero.
Y si la
información del universo todo está dentro tuyo, pues entonces Tú eres el
universo mismo, no es así?
Es imposible comprender esto desde la mente
racional, es más, recomiendo firmemente que no lo intentes porque el mismo acto
de intentarlo te alejara por sí mismo de esta comprensión.
Estos
conceptos, como por ejemplo “el universo esta dentro de ti”, que pueden sonar
tan abstractos para algunos, es algo que debe ser vivido en tu vida cotidiana
para ser comprendido.
Y como
vives esto en tu vida cotidiana?
Pues, fácil,
viéndote a ti mismo en cada una de tus circunstancias.
Porque si a ti mismo puedes verte en tus
circunstancias, entonces estás viendo que tu mismo eres tus circunstancias, lo que es lo mismo que decir que tú mismo
eres el universo todo, porque…donde terminan tus circunstancias?
Lo que
llamas “mis circunstancias” son resultado de una infinita concatenación de
otras circunstancias, que no se halla limitada por el tiempo o por el espacio,
o sea, tus circunstancias son parte del infinito devenir del movimiento. (la
palabra “resultado” es usada para que comprendamos, pero no existe tal cosa
como un resultado, porque todo es circular, y nada es resultado de nada en un círculo,
el concepto de resultado solo es aplicable a la lineal manera que tenemos de percibir
las circunstancias)
Así volviendo
a la aplicación práctica de la ley que versa “Como es arriba es abajo” o “como
es dentro es fuera”, la totalidad de nuestro ser se encuentra vivo en cada una
de nuestras células. En cada molécula de nuestro ser se halla toda la información
necesaria para crear nuestro cuerpo todo, así en cada partícula, así en cada átomo,
en cada electrón, en cada onda de información.
Y
cuando al espacio entre cada ultima partícula de tu cuerpo arribas, allí te
encuentras con el espacio que desde tu racional mente no es “tu”. El espacio que
te conduce hacia el universo todo, es decir, al infinito que tú puedes concebir
desde esta tercera dimensión.
La
infinitud del universo, que no tiene limite espacial ni fin temporal, que es
para siempre y es todo.
Pues
eso, querido amigo, querida amiga, no está fuera como crees desde tu mente
racional.
La
infinitud del universo esta dentro tuyo
Tus
circunstancias y tu mismo no son cosas diferentes, esto es importante que quede
claro. En tus circunstancias eres tu quien se manifiesta desde la luz y desde
la sombra.
Es desde tus circunstancias que te conocerás.
Te conocerás
a través de tus circunstancias
Ama a
tu prójimo como a ti mismo, dijo alguien por ahí.
Dijo también
que vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro.
Pues la
paja viene de la viga y no a la inversa, puedes verlo?
Aquello
que llamas “tus circunstancias” están
verdaderamente sucediendo dentro tuyo, aunque las veas fuera. Todo trabajo que
hagas con tus circunstancias es trabajo que haces contigo mismo, desde tu
interior, en tu interior.
Conócete a ti mismo desde tus circunstancias.
Conócete
a ti mismo a través de tus circunstancias
Conócete
a ti mismo en tus circunstancias
Porque
en tus circunstancias estas tu. Eres tú tus circunstancias. No existe algo
diferente a ti porque el universo todo está dentro de ti.
Silencia
tu mente racional
Respira profundo
Y veras
esto en el espacio entre tus pensamientos
Porque al
observar tus pensamientos accedes a la energía de más alta vibración en este
plano, y cuando a ella accedes, está a un pasito de comprender el espacio que
entre ellos habita.
Eternamente
Desde siempre y por siempre
Desde
todo y en todo
Porque
para siempre es la eternidad, aquello que no tiene principio ni fin.
Esto
es verte a ti en tus circunstancias.
Es comprender que tu, aquel que
verdaderamente eres, no tiene principio ni fin.
Ni temporal ni espacial.
Porque
todo está en ti y tu estas en todo
Respira profundo
Y siente...
Respira profundo
Y siente...
sábado, 30 de agosto de 2014
Inversión
Rendirse a las circunstancias
es la separación a través de la proyección
es la separación a través de la proyección
Rendirse ante las circunstancias
es la unión a través de la aceptación
es la unión a través de la aceptación
Aceptación
Desde este plano
la visión de la Unidad
se alcanza
mediante la comprensión
de la unidad entre tu y tus circunstancias
a través de la aceptación incondicional de las mismas
viernes, 22 de agosto de 2014
Ecuanimidad
En el proceso de dejar que lo falso caiga por su propio peso,
debes estar preparado para soportar el peso de lo falso justo antes de que caiga.
martes, 19 de agosto de 2014
Espejos
Cuando te veas a ti en todas tus relaciones, comprenderás que a quien ves
no es a Ti,
no es a Ti,
y ese sera el fin del ego
...
Observa en cada relación en la que te veas arrastrado por una emoción la manifestación de una creencia
Pues nada puedes ver fuera que dentro tuyo no esté
Observando la creencia la integras, e integrando la creencia la creencia se desvanecerá.
Es justamente éste el camino hacia la reconexión con tu verdadero ser, el ser
Observa entonces las creencias fuera y dentro se desvanecerán.
Y desvaneciéndose dentro dejan de reproducirse fuera.
De adentro hacia afuera, de afuera hacia adentro.
Entonces hazte la siguiente pregunta:
Te sientes atacado por alguien/algo externo a ti o ves como tu te atacas a ti mismo y así dejas de atacarte?
T i e m p o
Toda
relación
con
el
tiempo
es
una
actuación
que
no
permite
el libre fluir de la Verdad a través Tu verdad
Creenciastiempocreencias
Son tus creencias más arraigadas aquellas que más temor te genera cambiar, porque cambiar estas creencias representa el ataque más directo a los cimientos de aquello que crees ser.
Pero aquello que crees ser es como el agua, cambia a cada instante.
Hazte pues la siguiente pregunta:
En qué creencias te desplazas por lo que conoces como tiempo?
A través de que creencias te vas moviendo desde el pasado hacia el futuro?
Porque aquello que tu llamas tiempo se cimienta justamente en esas creencias.
Y cuando desarticulas las creencias sientes que te desarticulas a ti mismo, porque te sales del tiempo, que es tu marco de referencia desde el ego, aquello que “te contiene” y a su vez te limita (eres lo que solías ser en el pasado, que a su vez te da la "guía" de cómo ser en el futuro).
Pero sin tiempo ya no sabes qué eres, y esto puede generar temor, porque fuera del tiempo no puede existir el ego.
Sin tiempo no hay creencias, y el ego se desvanece.
Y qué queda cuando se desvanece el ego?
lunes, 18 de agosto de 2014
Fidelidad
Hazte la siguiente pregunta:
Por qué razón trabajas todos los días en algo que no amas? Por qué has estudiado aquello que en realidad no deseabas estudiar?
Esta vez elijo darte la respuesta:
La razón por la que pasas tus días inmerso en una farsa de ti mismo, es porque estas siendo fiel, día tras día y sin detenerte a mirar, al patrón de perfección de tu árbol genealógico, mas concretamente al patrón de perfección de tu padre y de tu madre.
Era importante para tus padres que fueras inteligente y profesional, que tuvieras un titulo, una "seguridad", porque para sus propias vidas esto era importante.
Hazte ahora otra pregunta:
Y qué si tu padre, fiel a una familia de profesionales, había en realidad había venido a esta vida a realizarse como músico o pintor, y tu madre, fiel a una familia intelectual, en realidad vino a vivir una vida consagrada a la danza o a la sanación, y fueron ellos mismos quienes se olvidaron de si mismos y vivieron su vida siendo error?
Lo que nos lleva a la siguiente y ultima pregunta: :
Y qué si estas siendo fiel a un error?
domingo, 17 de agosto de 2014
El Retorno de Poder
Cuando veo que lo que percibo como mi entorno no es más que la proyección de mis creencias, estas creencias pierden el poder del cual yo las revestía, y puedo crear entonces de acuerdo a Mi Verdad.
Las circunstancias son neutras, si las revisto de mis creencias fortalezco estas creencias y en la realidad las valido, re-creando mis creencias en las circunstancias.
Cuando comprendo que soy yo quien estoy re-creando mis circunstancias, accedo a la creencia, y a partir de esta toma de consciencia el poder de la creencia retorna a mí, y el pensamiento se vuelve Creador.
Dejo entonces de proyectarme y me comienzo a extender
"El resto, los demás y el sacrificio"
Así es que toda vez que tú haces algo “por el resto” te restas, como toda vez que tú haces algo “por los demás” está de más. Pero no por las razones que tu mente egotista (y no digo egoísta sino egotista!) puede ilusoriamente elucubrar, sino por el simple hecho de que no existe tal cosa como “el resto”, no hay tal cosa como “los demás”.
El solo hecho entonces de percibir el resto y los demás como entidades ajenas a ti y actuar en consecuencia de esta falsa percepción hará que hagas cosas y que actúes de maneras que “te restan” y que “están de más”, incluyendo una cosa a la otra, porque son uno y lo mismo. Es justamente al revés de lo que desde la mente egotista estás acostumbrado a percibir.
Toda vez que te pilles actuando por el resto o por los demás, sabrás que estas actuando desde la ilusión a través del sacrificio.
Y cuando esto comprendes desde la raíz misma de tu Ser, es entonces que la Rueda del Sacrificio puedes trascender, porque ya no existe el resto, ya no existen los demás.
"Los Demás"
Así como en nuestra manera de percibir el mundo existo
yo y existe "el resto", otra forma en que expresamos esta manera de percibir es
haciendo referencia al mundo como conformado por yo y por “los demás”.
Una vez más, si desglosamos la expresión (y no
requiere demasiado desglose más que prestar atención a su estructura), la expresión
“los demás” tare implícito el concepto de que estoy yo y está el resto que esta
“de más”. Aquello que no soy yo esta de más, aquello que no soy yo sobra.
Debo entonces excluir todo aquello que no soy yo…porque
yo soy suficiente (si algo esta demás, es porque sin ese algo lo que hay ya es
suficiente). Excluyo de esta manera todo aquello que no es “yo”, excluyo a los demás, justamente porque están de más.
Es esta la raíz del ataque.
Y si, al igual que con el concepto del “resto”,
profundizamos mas allá de la primer capa de entendimiento, vemos que una vez más
la raíz de todo ataque se basa en la idea primigenia de la separación, por un lado estoy yo, por el otro los demás.
Así pues, de todo “el resto” que no es yo debo
defenderme porque me resta y a todo “lo demás” que no son yo debo atacar por
estar de más.
De esta manera defensa y ataque surgen ambos y a la
vez como hijos primogénitos del miedo, que surge a su vez de la idea primigenia
de la separación.
De esto surge entonces que solo identificando aquello de lo que creemos debemos
defendernos, y registrando aquello a lo
que creemos debemos atacar es que podemos ver de frente nuestros miedos…y a través
de la visión de la estructura básica de estos miedos logramos trascender la ilusión de la separación.
Deja entonces de existir “el resto”, y dejan de existir “los demás”.
"El Resto"
Existe una manera de percibir el mundo que pocas veces nos detenemos a cuestionar (por no decir nunca en muchos casos). Y es la idea de percibir la conformación básica de nuestro mundo como yo y el resto. Todo sucede en un ámbito donde existo yo y existe el resto.
Entonces...existo yo y existe el "el resto".
Y si nos detenemos en esta expresión, en esta forma de denominar lo que conocemos como nuestro entorno, el hecho de calificarlo como el "resto" trae implícito el concepto de resta. Lo que no soy yo es resta, me resta. Aquello que no soy yo me quita. Debo entonces defenderme, protegerme para que algo no me sea quitado y no devenga yo por esta razón menos de lo que soy. Debo defenderme de algo externo, un peligro que amenaza con quitarme, con restarme.
Así es como surge el miedo.
Y si profundizamos un poco mas, mas allá de la primer capa de este proceso de pensamiento, vemos que este miedo no surge mas que de la idea de que hay un yo y hay un "resto"...la idea primigenia de la separación, la raíz de todo miedo.
miércoles, 30 de julio de 2014
La Rueda del Sacrificio
Las relaciones en su mayoría se sustentan, en estos días, en el concepto de sacrificio. Esto comienza con los padres, los padres de los padres, y aun mas. Así, quien primero te enseño acerca del sacrificio fueron tus padres. Ellos te mostraron que las relaciones se sustentan en el sacrificarse por un otro. Y ese otro, al tu por él sacrificarte, lógicamente debe estar agradecido por ese sacrificio, porque si no lo esta, el sacrificio no ha valido la pena, entonces la culpa de haberse sacrificado es del otro.
Y como debe el sacrificio ser agradecido? Pues lógicamente con otro sacrificio: sacrificio por sacrificio. Yo me sacrifico por ti, tu te sacrificas por mi. Debes premiar mi sacrificio con el tuyo propio.
Existe un fuerte sustento en la malinterpretación del símbolo cristiano de la crucifixión, donde Jesús se sacrifico por nosotros, nosotros pecadores. Nosotros pecadores debemos entonces nosotros por él (y por nuestras relaciones) sacrificarnos, lavando a través del sacrificio nuestras culpas.
Pero el sacrificio trae implícito, indefectiblemente, el concepto de incoherencia interna. No puede existir el uno sin el otro, de otra manera no estaríamos hablando de sacrifico. Si me sacrifico, debe haber algo en mí que estoy sacrificando.
Y qué es ese algo que estoy sacrificando?
Ni mas ni menos que mi propia verdad.
Sacrifico mi propia verdad en pos de un otro. Entonces hago aquello que no deseo, y aquello que deseo es sacrificado.
Esto es la incoherencia interna. Y la incoherencia interna no lleva a otra cosa que al sufrimiento y a la enfermedad. La incoherencia en diferentes niveles llega a la incoherencia a nivel del cuerpo emocional, del cuerpo mental, del cuerpo físico. El dolor emocional manifiesta la incoherencia a nivel del cuerpo emocional.
La ansiedad y la depresion manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo mental.
Los sintomas fisicos manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo físico.
La perfección de los mecanismos por los que se rige cada célula, cada molécula, cada partícula en la naturaleza es distorsionada, volviéndose estos mecanismos incoherentes (la incoherencia en estos mecanismos tiene, no obstante, un fin en sí mismo, siendo parte de un “programa” que viene a hacer visible, a denunciar la incoherencia en la que estamos viviendo determinada situación.)
En otro nivel explicativo, la incoherencia interna implica, hacer oídos sordos a los mensajes de la sabiduría del espíritu, del Yo superior, de la propia verdad. La recta flecha es entonces desviada y el mensaje distorsionado. La incoherencia es entonces vivida a través del sufrimiento, la duda permanente, el dolor emocional.
Las relaciones deben, por esta razón, dejar de ser relaciones cimentadas en el sacrificio para transformarse canales limpios que permitan la manifestación de la verdad que cada uno de nosotros ha venido a entregar en esta existencia. Cada cual tiene la suya, su propia verdad, única e irrepetible.
Pero si crees que a ti mismo debes sacrificar en pos de un otro, no es por otra razón que por la existencia de la culpa. Te sientes culpable.
Pero de donde viene esa culpa? Es una culpa ancestral, que fue implantada en ti cuando eras muy pequeño, y aun antes de ser concebido, a través de las culpas que cargaban tus padres y tus abuelos, y tal vez los padres de tus abuelos también…
Sientes entonces que debes sacrificarte por aquel por quien te sientes culpable. Así, si tu madre se sentía culpable ella misma, proyectaba esta culpa en ti (indefectiblemente), sintiéndose culpable por ti, haciendo entonces por ti un sacrificio, y enseñándote de esta manera a vivir en el sufrimiento que la incoherencia acarrea. Porque sacrificio y sufrimiento son inseparable, como gemelos siameses por el cerebro unidos. Incoherencia y sufrimiento, gemelos siameses inseparables.
Porque tu madre al sacrificarse por ti implantó en ti la culpa, haciendo que tu sintieras que por ella debías también sacrificarte (y tu madre se transformo, más adelante, en todas y cada una de tus relaciones)
A lo largo de la vida entonces proyectas a tus padres en todas tus relaciones. Te sientes culpable, siempre por algún otro, porque te sientes tu mismo culpable. Es la culpa vieja, arcaica.
Debes perdonarte
Y van así sacrificándose de generación en generación, reproduciendo la cadena de la culpa que los mantiene amarrados a su árbol genealógico, transformándolo en cadena.
Expiar la culpa te libera de la necesidad de sacrificio, permitiéndote entrar en coherencia contigo mismo, con tu propia verdad, la verdad que has venido a manifestar. Pero en tanto exista la noción de sacrificio, esta verdad es obstaculizada, porque es justamente tu propia verdad aquello que estas sacrificando.
Para liberarte del sacrificio debes entonces expiar la culpa
Vamos a desglosar la lógica de la culpa un poco más, como aumentando la potencia de la lente del microscopio. Pongamos pues a la culpa en el portaobjeto y analicémosla por partes.
Culpa: Tu no mereces que un otro sufra por ti. Muchas veces (la mayoría de ellas) asumes que el actuar en coherencia con tu propia verdad podría hacer sufrir al otro (decir si cuando quieres decir no, sonreir cuando no quieres, aceptar una invitación a desgano, etc, etc, etc….), y si al otro haces sufrir, puede que entonces el otro deje de quererte. Entonces, para que el otro no deje de quererte, debes evitar el riesgo de que sufra, y este aliviarle el sufrimiento al otro implica actuar en incoherencia, es decir, sacrificar tu verdad en pos del otro.
Dedicas entonces tu vida entera a sacrificar tus verdades con el objetivo de ser aceptado por aquellos con quienes te relacionas (cuanto más cercanas las relaciones, más fuerte es la atracción de las garras del sacrificio).
Te vuelves entonces incoherente, y tu incoherencia alimenta mas incoherencia, y como una onda expansiva el sacrificio se reproduce de forma indefinida, engendrando sufrimiento a cada paso que tu das.
Volviendo al papel que juega el dolor en la toma de conciencia de la demencia de este mecanismo (en forma de enfermedad, sufrimiento o cualquier otra forma en la que el dolor se manifieste), la incoherencia interna se refleja en la incoherencia a nivel de los cuerpos mental, emocional y físico, sobreviniendo entonces la enfermedad, que viene a poner en evidencia la incoherencia con tu propia verdad. La enfermedad se vuelve entonces una aliada, porque viene a enseñarte el sendero del no sacrificio a través de la coherencia, que es el sendero de tu propia verdad.
Todo sacrificio es incoherencia, y toda incoherencia genera enfermedad. Porque el sacrificio no puede surgir más que parte de una mente dividida y una mente dividida es una mente enferma. Una mente enferma no puede más que crear un cuerpo enfermo.
Es así que la enfermedad viene a señalar el sendero hacia aquellos aspectos de la mente a ser sanados a través de la integración. La sanación de la mente conlleva entonces la sanación del cuerpo físico.
La enfermedad viene entonces a potenciar tu propia verdad. Allí donde la sientes débil, la enfermedad le da fuerza.
La enfermedad "te pone en peligro", y ante el peligro la culpa se desvanece. Mediante la desaparición de la culpa el sacrificio pierde sentido, y cuando dejas de creer en el sacrificio, el sacrificio de desvanece. Y cuando el sacrificio se desvanece, tú conectas con tu propia verdad.
Es este el poder sanador de la enfermedad.
Cae así la falsa creencia en el sacrificio y el poder creador retorna a ti. Tu re-creas tu realidad mediante tu propia verdad, y eso es el Paraíso.
La enfermedad puede así volverse una llave de entrada al Paraíso.
Y cuando tu realidad re-creas, la realidad de todo aquel a tu alrededor es re-creada. Porque, y en consecuencia (ambos a la vez) la realidad que tu percibes es otra.
Eres así artista y creador de tu realidad, en coherencia con tu verdad.
Déjate entonces llevar de la mano por la enfermedad
Ella te guiara por el camino donde la culpa y el sacrificio pierden su sentido, y solo en ese camino tu puedes re-conectar con tu propia verdad.
Y como debe el sacrificio ser agradecido? Pues lógicamente con otro sacrificio: sacrificio por sacrificio. Yo me sacrifico por ti, tu te sacrificas por mi. Debes premiar mi sacrificio con el tuyo propio.
Existe un fuerte sustento en la malinterpretación del símbolo cristiano de la crucifixión, donde Jesús se sacrifico por nosotros, nosotros pecadores. Nosotros pecadores debemos entonces nosotros por él (y por nuestras relaciones) sacrificarnos, lavando a través del sacrificio nuestras culpas.
Pero el sacrificio trae implícito, indefectiblemente, el concepto de incoherencia interna. No puede existir el uno sin el otro, de otra manera no estaríamos hablando de sacrifico. Si me sacrifico, debe haber algo en mí que estoy sacrificando.
Y qué es ese algo que estoy sacrificando?
Ni mas ni menos que mi propia verdad.
Sacrifico mi propia verdad en pos de un otro. Entonces hago aquello que no deseo, y aquello que deseo es sacrificado.
Esto es la incoherencia interna. Y la incoherencia interna no lleva a otra cosa que al sufrimiento y a la enfermedad. La incoherencia en diferentes niveles llega a la incoherencia a nivel del cuerpo emocional, del cuerpo mental, del cuerpo físico. El dolor emocional manifiesta la incoherencia a nivel del cuerpo emocional.
La ansiedad y la depresion manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo mental.
Los sintomas fisicos manifiestan la incoherencia a nivel del cuerpo físico.
La perfección de los mecanismos por los que se rige cada célula, cada molécula, cada partícula en la naturaleza es distorsionada, volviéndose estos mecanismos incoherentes (la incoherencia en estos mecanismos tiene, no obstante, un fin en sí mismo, siendo parte de un “programa” que viene a hacer visible, a denunciar la incoherencia en la que estamos viviendo determinada situación.)
En otro nivel explicativo, la incoherencia interna implica, hacer oídos sordos a los mensajes de la sabiduría del espíritu, del Yo superior, de la propia verdad. La recta flecha es entonces desviada y el mensaje distorsionado. La incoherencia es entonces vivida a través del sufrimiento, la duda permanente, el dolor emocional.
Las relaciones deben, por esta razón, dejar de ser relaciones cimentadas en el sacrificio para transformarse canales limpios que permitan la manifestación de la verdad que cada uno de nosotros ha venido a entregar en esta existencia. Cada cual tiene la suya, su propia verdad, única e irrepetible.
Pero si crees que a ti mismo debes sacrificar en pos de un otro, no es por otra razón que por la existencia de la culpa. Te sientes culpable.
Pero de donde viene esa culpa? Es una culpa ancestral, que fue implantada en ti cuando eras muy pequeño, y aun antes de ser concebido, a través de las culpas que cargaban tus padres y tus abuelos, y tal vez los padres de tus abuelos también…
Sientes entonces que debes sacrificarte por aquel por quien te sientes culpable. Así, si tu madre se sentía culpable ella misma, proyectaba esta culpa en ti (indefectiblemente), sintiéndose culpable por ti, haciendo entonces por ti un sacrificio, y enseñándote de esta manera a vivir en el sufrimiento que la incoherencia acarrea. Porque sacrificio y sufrimiento son inseparable, como gemelos siameses por el cerebro unidos. Incoherencia y sufrimiento, gemelos siameses inseparables.
Porque tu madre al sacrificarse por ti implantó en ti la culpa, haciendo que tu sintieras que por ella debías también sacrificarte (y tu madre se transformo, más adelante, en todas y cada una de tus relaciones)
A lo largo de la vida entonces proyectas a tus padres en todas tus relaciones. Te sientes culpable, siempre por algún otro, porque te sientes tu mismo culpable. Es la culpa vieja, arcaica.
Debes perdonarte
Y van así sacrificándose de generación en generación, reproduciendo la cadena de la culpa que los mantiene amarrados a su árbol genealógico, transformándolo en cadena.
Expiar la culpa te libera de la necesidad de sacrificio, permitiéndote entrar en coherencia contigo mismo, con tu propia verdad, la verdad que has venido a manifestar. Pero en tanto exista la noción de sacrificio, esta verdad es obstaculizada, porque es justamente tu propia verdad aquello que estas sacrificando.
Para liberarte del sacrificio debes entonces expiar la culpa
Vamos a desglosar la lógica de la culpa un poco más, como aumentando la potencia de la lente del microscopio. Pongamos pues a la culpa en el portaobjeto y analicémosla por partes.
Culpa: Tu no mereces que un otro sufra por ti. Muchas veces (la mayoría de ellas) asumes que el actuar en coherencia con tu propia verdad podría hacer sufrir al otro (decir si cuando quieres decir no, sonreir cuando no quieres, aceptar una invitación a desgano, etc, etc, etc….), y si al otro haces sufrir, puede que entonces el otro deje de quererte. Entonces, para que el otro no deje de quererte, debes evitar el riesgo de que sufra, y este aliviarle el sufrimiento al otro implica actuar en incoherencia, es decir, sacrificar tu verdad en pos del otro.
Dedicas entonces tu vida entera a sacrificar tus verdades con el objetivo de ser aceptado por aquellos con quienes te relacionas (cuanto más cercanas las relaciones, más fuerte es la atracción de las garras del sacrificio).
Te vuelves entonces incoherente, y tu incoherencia alimenta mas incoherencia, y como una onda expansiva el sacrificio se reproduce de forma indefinida, engendrando sufrimiento a cada paso que tu das.
Volviendo al papel que juega el dolor en la toma de conciencia de la demencia de este mecanismo (en forma de enfermedad, sufrimiento o cualquier otra forma en la que el dolor se manifieste), la incoherencia interna se refleja en la incoherencia a nivel de los cuerpos mental, emocional y físico, sobreviniendo entonces la enfermedad, que viene a poner en evidencia la incoherencia con tu propia verdad. La enfermedad se vuelve entonces una aliada, porque viene a enseñarte el sendero del no sacrificio a través de la coherencia, que es el sendero de tu propia verdad.
Todo sacrificio es incoherencia, y toda incoherencia genera enfermedad. Porque el sacrificio no puede surgir más que parte de una mente dividida y una mente dividida es una mente enferma. Una mente enferma no puede más que crear un cuerpo enfermo.
Es así que la enfermedad viene a señalar el sendero hacia aquellos aspectos de la mente a ser sanados a través de la integración. La sanación de la mente conlleva entonces la sanación del cuerpo físico.
La enfermedad viene entonces a potenciar tu propia verdad. Allí donde la sientes débil, la enfermedad le da fuerza.
La enfermedad "te pone en peligro", y ante el peligro la culpa se desvanece. Mediante la desaparición de la culpa el sacrificio pierde sentido, y cuando dejas de creer en el sacrificio, el sacrificio de desvanece. Y cuando el sacrificio se desvanece, tú conectas con tu propia verdad.
Es este el poder sanador de la enfermedad.
Cae así la falsa creencia en el sacrificio y el poder creador retorna a ti. Tu re-creas tu realidad mediante tu propia verdad, y eso es el Paraíso.
La enfermedad puede así volverse una llave de entrada al Paraíso.
Y cuando tu realidad re-creas, la realidad de todo aquel a tu alrededor es re-creada. Porque, y en consecuencia (ambos a la vez) la realidad que tu percibes es otra.
Eres así artista y creador de tu realidad, en coherencia con tu verdad.
Déjate entonces llevar de la mano por la enfermedad
Ella te guiara por el camino donde la culpa y el sacrificio pierden su sentido, y solo en ese camino tu puedes re-conectar con tu propia verdad.
Enfermedades o Programas?
Aquello que conocemos como enfermedad no es mas que un contenido
de conflicto, una percepción particular acerca de la realidad, una percepción
errónea que activa un programa de reparación cuya finalidad es iluminar el camino para la sanación de la errónea percepción. En lo que llamamos enfermedades crónicas, entonces, el programa de reparación se reproduce una y otra vez hasta que el contenido de conflicto es resuelto, o lo que es lo mismo, la percepción acerca de esa situación es corregida. Una vez que la percepción es corregida, la fase de reparación deja de reproducirse y el programa desaparece, esto es, desaparece la enfermedad.
errónea que activa un programa de reparación cuya finalidad es iluminar el camino para la sanación de la errónea percepción. En lo que llamamos enfermedades crónicas, entonces, el programa de reparación se reproduce una y otra vez hasta que el contenido de conflicto es resuelto, o lo que es lo mismo, la percepción acerca de esa situación es corregida. Una vez que la percepción es corregida, la fase de reparación deja de reproducirse y el programa desaparece, esto es, desaparece la enfermedad.
Podemos entonces ver entonces la enfermedad crónica como un
conjunto de recaídas (en el programa de reparación) que se suceden indefinidamente
en tanto la percepción no es modificada. La recaída es entonces la repetición
del programa. Si el programa cesa de repetirse, la enfermedad crónica
desaparece.
El síntoma es entonces la llave a través de la cual
accedemos al camino de resolución del conflicto que el programa activó. A través
del síntoma se resuelve el conflicto y el síntoma desaparece, esto es, en el mismo síntoma esta la solución del síntoma
mismo.
Vemos entonces, que cuando se sana la percepción, la sanación
del cuerpo acontece por añadidura. Se trata entonces de sanar la mente, y sanar
la mente no es más que sanar la percepción errónea, la percepción dual, la percepción
alejada de la matemática perfecta que se reproduce en la naturaleza una e
infinitas veces, y que lo mantiene todo en el Orden del Infinito Amor.
Cuando la percepción errónea es corregida cesan los
programas de reparación, porque ya no existe nada a ser reparado. Los programas
de reparación representan entonces la sabiduría de la naturaleza que actúa a través
de nuestro cuerpo para corregir los errores de la percepción.
Así comprendemos tangiblemente a Carl
Gustav Jung cuando aseveró que la enfermedad
no es más que el esfuerzo que hace la naturaleza por sanar al hombre.
Sanar la mente es entrar en coherencia, en coherencia con
la fuerza que todo lo ordena.
La enfermedad es la llave que la naturaleza
amablemente nos pone a nuestro alcance para retornar al orden, a través de nuestra
interna coherencia.
El término “coherencia interna” es a menudo malentendido,
ya que nos lleva a pensar en que si la coherencia es “interna”, es decir, está
dentro de nosotros, entonces nosotros debemos ser algo externo a la coherencia.
La coherencia se vuelve de esta manera algo ajeno a nosotros, algo que debemos
alcanzar, algo que debemos buscar, algo que debemos bucear. Hablamos entonces
de “interna coherencia”, porque el poder de la palabra es grande, y
anteponiendo el término “interna” al termino “coherencia” accedemos al entendimiento
mas directamente. Porque partiendo de la palabra interna y yendo hacia afuera
(pues nada puede haber más interno que lo interno), la coherencia deja de ser
algo que hay que ir a buscar, para transformarse en aquello que se expande. Te vuelves entonces la coherencia misma. Eres la misma coherencia que hacia
afuera se expande. No debes ya buscar la coherencia dentro de un algo que no es
coherente, simplemente debes permitir que ésta se expanda a través tuyo.
A través de la mente siempre buscas algo que es ajeno
a ti. A través del corazón eres
aquello que buscas, tan solo te expandes y apareces. “Aquello que buscas te
busca", una vez más comprendemos ciertas afirmaciones espirituales de una
manera más tangible.
Regresando a las enfermedades, las enfermedades o
programas activados primigeniamente son repetidos indefinidamente a lo largo de
nuestras vidas en tanto no se corrija el contenido de conflicto, es decir la percepción.
La enfermedad viene entonces a sanar una errónea percepción.
Viene a corregir el error que contra la naturaleza se cometió
(esto es la incoherencia), y se repite una y otra vez en cuanto la errónea percepción
no sea corregida.
En adelante entonces, cuando hablemos de sanar,
sabremos que no es la sanación del cuerpo a la que estaremos haciendo
referencia, sino a la sanación de la mente, esto es a la corrección de la errónea
percepción.
lunes, 21 de julio de 2014
Y el verbo se hizo carne: Seguir y perseguir
Seguir:de la raíz indoeuropea
sek (seguir) que también dio origen a la palabra latina signum (señal, símbolo, emblema,
aquello que uno sigue). Seguir es tanto el verbo como
el sustantivo. Cuando sigues, Lo Sigues.
De aquí también se deriva enseñar (ser la señal), ser aquello que es seguido y que sigue.
Perseguir: seguir hasta
alcanzar. Seguir hasta su final, que es la obtención de lo que
sigue. Seguir siempre hacia adelante. Seguir a continuación, como desde abajo,
para conseguir el lugar de otra cosa (nos sentimos carentes, nos falta, debemos
obtener).
Persiguiendo, el verbo se separa del sustantivo.
Siguiendo, verbo y sustantivo son uno y uno mismo.
Perseguir es buscar desde la carencia, desde la separación.
Seguir en cambio (seguir las señales a través de la intuición) es volverse uno con el Todo, permitiendo que el Todo a través de nosotros fluya.
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