sábado, 12 de abril de 2014

Atención a la emoción (I)


Así como cuando nos miramos  al espejo, la imagen que éste nos devuelve es siempre la misma, así, de la misma manera, la imagen que nos devuelva la realidad será siempre la misma, en tanto continuemos  convencidos  de que la imagen que se nos devuelve es real.
Pero la imagen no es real, porque está siendo por nosotros mismos creada. Así es en el espejo, así es en la “realidad cotidiana” que nosotros cada día vivimos. Por eso, la realidad es espejo en todos sus aspectos. Porque es reflejo de los diferentes aspectos de uno mismo. Reflejaremos en nuestra realidad todo aquello que nosotros somos como ego.
Por eso, estemos atentos a nuestra realidad. Porque en ella está el espejo que nos devuelve todos aquellos aspectos del ego a ser vistos, y así trascendidos, y así desarmados y liberados.

En nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones está el espejo que nos devuelve la imagen de nuestro ego. Veamos nuestras propias sombras reflejadas en nuestras relaciones, así sobre ellas echaremos luz, y solo en ellas echando luz (es decir, solo viéndolas) podremos liberarlas y así comenzar a desarticular el disfraz del ego. 
La realidad es percibida por cada uno de nosotros de acuerdo a nuestro kúmulo karmático, es por esto que existen tantas realidades como seres que las crean. Estas realidades se entrecruzan de acuerdo al Plan, de acuerdo a aquellos aspectos a ser iluminados para ser de esa manera  trascendidos. Es entonces cuando conectamos a través del corazón  que comenzamos a reconocer a nuestros maestros, que son nuestras relaciones. Solo entonces logramos identificarlos, y los atraemos para, de esta manera, facilitar la tarea de la desarticulación del ego, el debilitamiento de la capa.
En aquella parte o aspecto del ego a ser debilitado es donde dos realidades se encuentran  y facilitan el proceso mutuamente. Y cuanto más conectados nos hallamos, más puntos de contacto entre esas realidades infinitas comenzamos a registrar. Hasta que en todo aquello que vemos podemos encontrar las conexiones, es decir, los sitios  facilitadores o catalizadores del aprendizaje. Y, cuando en todos y cada uno de esos puntos de encuentro con las infinitas realidades reconocemos estos catalizadores, entonces comprendemos que somos uno con Todo.
Solo accederemos a la comprensión de Unidad cuando la capa del ego desarticulemos  y liberemos. Solo entonces veremos los puntos catalizadores en todo aquello que veamos, y comprenderemos, en ese punto, que no queda resto alguno de “nosotros mismos” que no esté unido al Todo. 
Esto es la Visión de Unidad. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario